Miquel Zueras Navarro. Alias "Borgo".
De lo que me nació este textito también, e inspirado todo el conjunto por un argentino sin par - Frodo - como respuesta a esta pregunta en su blog:
¿Por qué se suicida un argentino?.
Y es que todo es cuestión de Vanidad...
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Aquella mañana estrafalariamente calurosa de febrero Ícaro Bill llegó con sus botas polvorientas a El Paso, Texas. Mientras su escuadrón asesino dejaba hecha trizas a Ego y muertos a balazos a sus colegas en un mar de sangre, él sonreía espatarrado en un banco fuera de la iglesia pese al cartel que rezaba sobre su cabeza #El Pasosin Manspreading.
Ego, a quien dieron por muerta, apenas abrió los ojos puso rumbo a Japón. Una huelga de Ryan Air si bien la hizo llegar dos semanas más tarde, no la detuvo en su empresa. Aprovechó para leerse Sueño en el pabellón rojo de Cao Xuequin con un Cola Cao xucando unos churros, relajada, y visualizando ya mentalmente todo lo que estaba maquinando.
La venganza era como un plato de almejas pero sin almejas- pensó.
Ya instalada en Japón al mismo tiempo que se instruía en el arte de los senryus, tangas, tankas y jai-kús-kun-fús, se iba fabricando una katana. Y por probarla a ver qué tal, se cargó, dicho sea de paso, a unas 80 personas en un bar de copas chic y toc, y después de dejar el local hecho un verdadero matadero, se llevó todos los restos que andaban desperdigados como buena samurái para venderlos en China, gran coleccionista de restos japonenes como es bien sabido. Y lanzando al aire unさようなら muy buenas, limpió su katana recién estrenada y se marchó.
Ícaro Bill -que ya se la tenía más que calada-, sabía que iría tarde o temprano en su búsqueda para montarle el pollo, y a la espera de que le cayese la del pulpo se preparó unos fideos chinos con cerdo y un gazpacho agridulce de entrante.
Por festejar ya de paso lo del año chino- , "xin xin pim, xin-xin pum, xin-xin-pam, canturreaba en su casa al tiempo que hacía volar las dagas de cortar los ajos, pues pese a aquella fingida serenidad de malote del Norte de Chisináu que mostraba, bien era consciente de que estaba jugando con la muerte.
Ego, estaba llena de ira, de venganza, de envidia, de celos, de rabia contenida... (de todo lo nefasto que pueda caber en un ego malherido, maltrecho, ofendido y un pelín cabreadillo) en cambio, Ícaro Bill, que se creía invencible, la esperaba paciente tumbado al sol mientras relamía el par de palillos chinos como si fueran escarbadientes.
El destino quiso que tras años de larga espera, de buscarse y no encontrarse, dieran tarde o temprano con sus cuerpos cara a cara.
Ninguno de los dos parpadeó.
Sus miradas se cruzaron una milésima de segundo.
Sólo hubiese podido cortar el aire un simple estornudo viral que tanto estaba castigando las narices en aquella época del año.
Pero nada más verlo, sin que le temblase el pulso, Ego no le dio respiro: clic, clac, clic, clac, lo liquidó en un santiamén con una lámpara de rayos UVA UVB, y UVC, un aparatito tres por uno que le había vendido el viejo sabio Xau-Xau dueño del bazar de la esquina de su barrio. Fue un abrir y cerrar de ojos "lampalil".
Tras la satisfacción de quien sabe la faena bien hecha, regresó a casa hecha polvo, y tras una llamada por el whatsapp se puso el disfraz de cat woman. Empezaban los carnavales y había quedado con un par de amigos argentinos para una partida de cartas en el Jócker. Al salir contempló en el jardín de su casa a un gato que se estaba mirando en un charco. Se sentó junto a él, y según cuenta un cuento chino que se conoce sólo en Manchuria y está escrito en ruso antiguo, cuyo manuscrito fue hallado en Gyantse, Ego se bebió toda el agua de aquel charco, le dio un buen lametón al gato, y silbando, ya luego y "haciendo un exceso, se tiró dos besos, uno por mejilla"
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Y hoy un cóctel STENDHAL mientras vais leyendo, que surgió a última hora, entre Borgo y yo misma:
Lo Primero dirigiros esta noche de viernes a "EL ROUGE" :
Que ya la magia de vuestro síndrome de Stendhal, operará el resto ;)