Japi Niu Yir

Yo ya felicité el año en septiembre, que es cuando empieza para mi.
No obstante no veo de más desear felicidad, salud y amor en el año 2010 a todos, porque el cambio de año es de las cosas que más ponen de acuerdo a al humanidad.
Desde el momento de publicación de este post y durante 24 horas, habrá copas brindando, deseos de felicidad, buenas intenciones, propósitos de enmienda, sexo y unas borracheras de escándalo por todo el planeta. Incluso los chinos que cambian de bicho en otras fechas aprovecharán la ocasión para meterse un buen par de chupitos de sake. (Kan Pei!)
Para mi estas fechas son de alegría, pero no por nada que tenga que ver con lo que nos vende en occidente la sociedad de consumo, si no porque simplemente los días comienzan a ser más largos y dentro de pocas semanas podré tumbarme nuevamente un ratito en la playa, para que se me vaya poniendo bien morenito el culo.
Es más estas celebraciones plagadas de compromisos incómodos, y de las típicas incongruencias de adorar el nacimiento de un niño asiático, matando un árbol, no las entiendo bien.
Prefiero meditar un poco sobre cómo me ha ido el año 2009, y debo confesar que la crisis que está arrasando a mucha gente, a mi no me ha afectado. Más bien al contrario, hacía tiempo que no me iba tan bien. Quizás sea porque yo ya padecí una enorme crisis la estuve viviendo durante los diez años anteriores, será que tengo espíritu de salmón y me gusta ir a contracorriente.O puede que está agazapada para atacarme sin piedad en el 2010.
Sólo quiero hacer una puntualización más. Al finalizar este año, no acaba la década. Lo he oído/leído ya en varios medios. Y siento comunicaos que no existió año cero, probablemente debido a que no nos preguntaron (como de costumbre) a los informáticos. De modo que vamos a contar con los dedos los años de la primera década: 1, 2, 4, 5, otro cinco, 7, el 3 de antes, 9, 8 y 10. Bien pues así otras 201 veces hasta llegar a la conclusión de que la segunda década del siglo XXI comienza el 1 de Enero del 2011.
Espero que cada uno celebre la entrada en el año nuevo como mejor le apetezca: comiendo 12 uvas, comiendo lentejas, bebiendo sidra, eructando el himno del Barça o depilándose el pubis con un encendedor. O mejor, todo a la vez, para que los que te rodeen en ese momento te llamen excéntrico (si eres rico), o puto loco (si eres pobre).
Espero que estéis esbozando una sonrisa, porque es como os quiero ver para desearos a todos los que pasáis por este blog que en año 2010 os vaya el doble de mejor de lo que a mi me ha ido en el 2009.