Hay niebla.
Para una buena escena de suspenso es necesario que de venir alguien haya niebla.
Hay niebla y la escena de suspenso es mi vida.
Viene alguien, pero aún no se adivina la silueta.
Como aún no la veo me carcome la inseguridad.
Dudo de que realmente vaya a venir.
Comienza el debate entre el sentir, el adivinar, el predecir.
Hay un ajedrez mental en el que los peones han huído fuera del tablero.
Hay niebla, es de noche y el asfalto brilla con la humedad.
Para una buena escena de suspenso es necesario que de venir alguien el asfalto brille.
Las calles están desiertas, y las voces apenas se adivinan saliendo desde un pub de moda.
De pronto veo una sombra conocida.
La sombra se materializa en un cuerpo y pasa caminando al lado mío.
El rey hace enroque con la torre.
Un caballo se come a la reina.
Lo reconozco, pero él no a mí.
Me pregunto cómo haré para que me recuerde.
Jaque.
Patricia Lohin