Siento que he perdido la partida. El peso de la conciencia abruma y devuelve las heridas, los sueños no realizados, las promesas malgastadas, el eco de una voz sabia a la que no hice caso. Cada movimiento en el tablero es un error de cálculo, una ficha de inmadurez, un paso equivocado. La locura de lo que llaman juventud no logra vencer a la sensatez dormida. Blanco o negro, qué más da, si nunca he sabido jugar. He sido una chica difícil que siempre se ha dejado llevar por sus pasiones y el ajedrez requiere raciocinio y estrategia. Y he pedido perdón pero no he conseguido persuadir a la veterana dama que me mira a los ojos, se burla de mi falta de técnica y derroca a mi rey. Es lo que tiene el peso de la conciencia, un jaque mate para el arrepentimiento y la recapacitación. Un jaque mate directo al corazón. Menos mal que sigo creyendo en mi misma y en mis posibilidades. Menos mal que siempre hay tiempo para otra partida.
Jaque mate
Publicado el 29 marzo 2012 por EstherSiento que he perdido la partida. El peso de la conciencia abruma y devuelve las heridas, los sueños no realizados, las promesas malgastadas, el eco de una voz sabia a la que no hice caso. Cada movimiento en el tablero es un error de cálculo, una ficha de inmadurez, un paso equivocado. La locura de lo que llaman juventud no logra vencer a la sensatez dormida. Blanco o negro, qué más da, si nunca he sabido jugar. He sido una chica difícil que siempre se ha dejado llevar por sus pasiones y el ajedrez requiere raciocinio y estrategia. Y he pedido perdón pero no he conseguido persuadir a la veterana dama que me mira a los ojos, se burla de mi falta de técnica y derroca a mi rey. Es lo que tiene el peso de la conciencia, un jaque mate para el arrepentimiento y la recapacitación. Un jaque mate directo al corazón. Menos mal que sigo creyendo en mi misma y en mis posibilidades. Menos mal que siempre hay tiempo para otra partida.