Ya en casa, se podía escuchar como empezaba a llover con fuerza y recordé un comentario que hizo mi hermana la noche anterior explicando que un día de lluvia le sugirió a su pareja de salir a mojarse.
Eso hice.Me puse un chándal y bajé a la calle. Fue divertido ver a la gente correr junto a las paredes como hace un perro al rascarse con los cantos, los coches metiendo bocinazos sin sentido y los que llevaban paraguas me miraban de reojo como diciendo “se está mojando” . Mi paso era tranquilo porque no tenía prisa, solo me estaba mojando. No me privé de saltar en los charcos antes de volver a casa, no recordaba cuando fue la última vez que salté en un charco sin importarme nada, ahora si me acordaré.
Seguramente alguien me preguntará que por qué lo hice, solo tengo una respuesta ¿CUANDO TE VAS A MOJAR TÚ?
HAY QUE MOJARSE EN ESTA VIDA.