«Nadie sabia cual era la cruz que cargaba, pero era evidente que, a pesar de hacer su chamba, el carácter y su forma de relacionarse no le ayudaban mucho, al contrario, pero así es “Jenny”»
Jenny estaba al cobijo del “Freak”, quien no tardaría en retirarse y le dejaría el camino libre para hacer de las suyas.
No hay día en que Jenny no se queje hasta el cansancio de tanto trabajo que tiene. Solo ella y su grupé (la fresa y otro más) trabajan a destajo y se han encargado de hacer que no pase desapercibido su esfuerzo, en pro de la compasión.
Pero como no solo de trabajo vive el hombre, Jenny siempre tiene tiempo para cometer sus “travesurillas”, a pesar de la absurda cantidad de trabajo que tiene, busca la tregua que el padre tiempo tenga a bien otorgarle para que pueda renovarse en las mieles del placer.
Dicen en los pasillos que, “el jj” ya le ayudo a liberar el estrés y a pesar de ello, no se ha relajado en lo absoluto.
Ella es Jenny, la mujer luchona, cabrona, todo terreno, sumisa pero abnegada, pero sola, pero acompañada, solvente pero venida a menos, insegura pero consciente. El reflejo de lo que el machismo puede provocar.
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Imágen: Facebook.