Jesus izena du, leí hace poco. Jesús tiene nombre, sí, no dudo de ello eso sí, en la parte que corresponde a la figura “histórica” o del mito de Jesús. Mucho se ha hablado si Flabio Josefo mencionó o no sobre Jesús y si es en realidad un personaje de la Biblia, un mito, una alegoría, o una ficción lejos de la realidad. Revolucionario o no, humanista o rebelde Jesús según el cuento narrado por la Biblia nunca renunció a su condición de judío ni a su religión judía. Evidente es pues que Pablo es el verdadero fundador del cristianismo y que ni siquiera llegó a conocer a la figura de Jesús. Entonces quién era Jesús, es la pregunta. Pregunta que nadie sabe sin leer la Biblia y leyendo la Biblia solo obtenemos dichos y hechos de terceras personas, y recordemos que la Biblia no es precisamente un buen libro de historia; mejor dicho, la Biblia es de todo menos un libro de historia.
Jesus izena du (Jesús tiene nombre), un nombre. ¿De qué nos sirve un nombre si no conocemos a la persona que hay detrás de él? ¿Qué valor o aval da un nombre a un mito, a un “ser” que no dejó rastro escrito de su puño y letra? De qué nos vale que nos afirmen que dios existe si no conocemos a dios. ¿Para qué vale poner un nombre a un dios, no es acaso como escribir en el humo? En nuestra cultura cristiana se da por hecho que Jesús existió y que fue conocido, lo cual en verdad es de dudosa credibilidad. Siendo los romanos unos magníficos datadores de sucesos en su época es muy raro que tan solo se haga una vaga y confusa mención (dudosa en parte a la autoría bíblica) de Jesús. ¿Qué es un nombre sin la persona que hay detrás de él? Un nombre puede ser tan ficticio como un seudónimo o como un anónimo pero aun en ese caso existe alguien real detrás de él. Un nombre a una ficción, a un mito imaginario, es como humo que se desvanece en las imaginaciones humanas.
Ahora y dicho esto, llego a la conclusión de que la necesidad de creer lleva de forma subliminal a poner nombre a lo imaginable a lo fantástico: alma, espíritu, ánima, infierno, ángel, etc. ¿Es eso respetable? Sí, si no traspasa la barrera de la imaginación y del sueño y como tal subjetivo. Tan respetable como la Gran A ‘Tuin que define Terry Pratchett. Recuerdo quién antaño en otros lares alguien decía que las ideas pueden no ser respetables, pero sí la persona. Cierto. Yo matizaría que las ideas son respetables según respeten la dignidad, los derechos y la libertad humana. Afirmar rotundamente que ninguna idea religiosa es respetable creo sinceramente que es un error, esto hay que matizarlo: hay creencias, fe o ideas metafísicas respetables simplemente por el hecho de no interponerse en la vida laica y aséptica del no creyente y porque quedan dentro de los “santos muros” de sus templos o de sus mentes (mejor si cabe), son respetables en el margen que el relato fantástico puede dar. Un nombre, Jesús, un nombre… Manitú, un nombre Thor, un nombre Shiva… y así un largo etcétera, un nombre o una etiqueta a un dios son en realidad formas de sostener en la vida un miedo a la misma vida y su consecuencia finita. Eso es poner nombre a un placebo genérico. ¿De qué vale poner un nombre a un miedo si conocemos de sobra el producto del miedo?
Por otro lado desgraciadamente he conocido creyentes evangélicos fundamentalistas cuyas ideas no son respetables porque atacan directamente la dignidad y libertad humana. Y para hablar de dignidad humana es necesario despojar lo humano de política, raza, sexo y religión. Cuatro verdaderos jinetes apocalípticos. Libertad humana = dignidad humana. Y ahí queda la tesitura si esos individuos son o no respetables, lo cual cambiaría lo dicho anteriormente. ¿Puede un individuo corromperse y enfermar la psique en nombre de un ser imaginario, de un dios? La respuesta es sí. Y esa corrupción no es respetable.
Jesús es un mito que de haber existido o no fue lanzado al podium de la divinidad por Pablo y sería prescindible. Totalmente prescindible. No solo prescindible por su dudosa descripción del personaje “real” sino porque hubiera habido otro “nombre”, otro “salvador” en los cientos o miles que han pasado por la humanidad y que también existiría como el nuevo “salvador” de la desdicha humana. ¿Salvador de qué? ¿En nombre de quién?
Jesús tiene nombre, sí, pero mi eso no vale para vivir…
Jesus izena du, bai, baina niri ez dut balio bizirentzat…
Recuerdo con aquella buena película del desaparecido grupo Monty Pyton la Vida de Brian cuyas parodias reflejan muy bien y con buen sentido del humor lo que digo, en su memoria añado un sketch de aquella película, con humor eso sí. A ser felices.
Jean Pierre Dubarri, mayo 2010.
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