Un día Marta me contó que Joaquín le había contado sobre la chica y que él le iba a hablar; Y ¿cuándo te dijo eso? Y ella respondió: En octubre.
Ayer en la tarde, me encontré con él. Salíamos del instituto. Oye, y qué tal las clases. Bien respondió. Hoy mi teacher nos dijo que el proyecto sería en parejas. Y me comenzó a contar toda la clase, me arrepentí de haberle hablado. Llegamos al paradero y continuó soltando palabra tras palabra que a veces no llegaba a ningún punto. Oye, Kevin. Mira, ahí está. Volteé disimuladamente y le pregunté quién era. Me señaló a la chica y pude verla mejor. Bien pues, anda háblale. No way, me da palta. No dejó de verla hasta que subió a su carro. Oye, que mongol eres. Era para que vayas y le hables. Agachó la cabeza, y me dijo que no podía porque siempre estaba con sus amigos. Now, do you understand why I can’t talk to her? Su mirada se cortaba con suaves pestañeos. Lo miraba pero él no quería ser mirado. En esos momentos deseé que siguiera hablando de sus clases de inglés, pero su garganta se resistía a hablar.