Joder con el tiempo, que últimamente es tan caro que lo quiero comprar a puñados y no lo encuentro.
Veloz, la vida que se escurre y tropieza con piedras que dejan su huella al caer, las noto en mi cuerpo, me duelen, las huelo y las siento, son fuego que me ha ardido tanto que aún quema.
Qué duro asimilar que ayer bailábamos hasta el amanecer y hoy sufrimos la derrota, que la noche nos atrapa y nos hace suya, que juega con nosotros y nos remata.
No sé dónde han ido los años perdidos.
Tal vez los tengo en mi mano y no es para tanto.
Tal vez sí fueron aprovechados.
O tal vez se me cayeron sin darme cuenta.
Tal vez los pisé.
Joder con el tiempo, que se está burlando de mí, me hace creerme joven y otras tantas viejo, y nunca coinciden mi sentir con lo que quiero y ni siquiera sé qué quiero: si avanzar o quedarme en el pasado, si vivir de la nostalgia o creerme lo que tengo.
Qué jodido sentirse perdido, haber perdido el sentido cuando creías que lo habías conseguido, cuando habías alcanzado la victoria y el árbitro levantaba tu mano. Cuando el público coreaba tu nombre y te llevaba en volandas.
Todos gritando y tú solo en el ring.
Todos gritando y tú sin escuchar nada.
Todos gritando y tú saltando al vacío.