Dicen que aún de pequeño a Johann Sebastian Bach le gustaba la naturaleza. Se sentía atraído por bosques y colinas. Le gustaba pasear y perderse por valles y caminos arbolados.
Johann niño despertó una mañana y vió una primavera esplendorosa a través de los cristales - los árboles frutales florecidos, los campos llenos de colores y los pájaros deambulando por el jardín.
Johann Sebastian no pudo resistirlo. Abrió la ventana y se fué corriendo hacia los campos, tras las mariposas brillantes que bailaban en el aire delante de él.
Sus padres lo llamaron, pero Johann siguió corriendo. Sus hermanos le gritaron que volviera, pero el niño corrió y corrió. Los pobladores lo vieron alejarse hacia el bosque, lo llamaron también, pero Johann no escuchó.
Dicen que esa fue la primera fuga de Bach.