Sueña en su escaño el político
dónde poder meter mano.
Sueña el capullo en su limbo
que todo el monte es orégano,
que borrego sin careta
meteré su papeleta
marcada con mi esperanza
en su urna llena de trampas.
Sueñan los ricos y pobres,
unos pan y otros con sobres.
Que Calderón me perdone
pero es que así no hay quien vote.