Publica mi buen amigo y colega José Luis, esta mañana y en su blog en ABC (Retomando viejos debates), lo que más abajo copio y hago mío, acerca del Huffington Post, publicación en red en la que -hablando profesionalmente- unos escriben para que otros cobren.
Es sorprendente la frescura (en el sentido de desembarazo, desenfado o desvergüenza) con que la apreciada profesional Montserrat Domínguez autoproclama la ley sofística, tan llena de contradicciones profesionales como el mismo proyecto del Grupo Prisa- según la cual "en HP no entendemos el blog como un trabajo".
¿Es que quienes los escriben no son profesionales, sino meros exhibicionistas que quedan recompensados con "visibilidad"?
Un apaño así, tan descarado, podría incluso resultar creíble si en esa publicación no hubiera una clara línea editorial, y una aneja cuidada selección de esos 100 blogueros gratuitos, que muy probablemente son elegidos por encontrarse en la misma senda ideológica de los selectos 6 ó 7 redactores con sueldo con que cuenta la plantilla -en la que por cierto dominan los ex-trabajadores del cerrado diario Público.
Es evidente que no parece que sea el pluralismo, ni el diálogo abierto en la red 2.0, ni tampoco un servicio profesional a la sociedad, lo que busca el Grupo Prisa con el Huffington.
Mientras que resulta casi palmario que lo buscado es precisamente aumentar la "visibilidad" en la red del propio Grupo Prisa, mezclado con El País y demás medios del grupo presentes en internet. Y eso, a bajo coste.
Tiempo habrá para hablar de la profesionalidad periodística del "modelo Huffington". Mejor es leer ahora el claro texto de José Luis Orihuela que motiva los párrafos anteriores:
El inminente lanzamiento de la versión española del portal Huffington Post, que tampoco aquí pagará a sus blogueros, coincide con la gravísima situación laboral que atraviesa el periodismo, por lo que las críticas no se han hecho esperar.
La declaración de la directora Montserrat Domínguez, "en Huffington Post no entendemos el blog como un trabajo", y la pretensión de recompensar a los colaboradores con "visibilidad", son las señas de identidad de un modelo que ya condujo a una demanda y a una huelga en Estados Unidos tras la venta del portal a AOL.
Generar contenido de manera gratuita a cambio de visibilidad para una empresa que va a comercializarlo, es una propuesta que hace chirriar los oídos de los blogueros profesionales (que gracias a las redes comerciales de blogs hace tiempo que cobran por su trabajo), y de los periodistas (que entienden con razón que los trabajos periodísticos son trabajos y tienen que pagarse). En caso de dudas: 10 razones por las que bloguear (para otros) sí es un trabajo.
Mientras tanto, la polémica contribuye a la visibilidad de la propia marca y de su peculiar oferta. Suma y sigue, otro capítulo del arte de hacer dinero dando de qué hablar.