Revista Literatura

Juan carlos mestre en la noche en blanco de granada

Publicado el 07 enero 2014 por Francisco Donaire
Traemos al blog Ancile la última entrada del blog de La noche en blanco de Granada dedicada al poeta Juan Carlos Mestre.Enlace al blog de La noche en blanco de Granada.
Centra nuestra sección de poesía del blog de La noche en blanco de Granada el poeta de Villafranca del Bierzo (León) Juan Carlos Mestre.JUAN CARLOS MESTRE EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
LA POESÍA DE JUAN CARLOS MESTREEN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADAJUAN CARLOS MESTRE EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADA
Juan Carlos Mestre (Villafranca del Bierzo, León, 1957), poeta y artista visual, es autor de varios libros de poesía y ensayo, como Antífona del Otoño en el Valle del Bierzo (Premio Adonáis, 1985) La poesía ha caído en desgracia (Colección Visor, Premio Jaime Gil de Biedma, 1992) o La tumba de Keats (Editorial Hiperión, Premio Jaén de Poesía, 1999). Su obra poética entre 1982 y 2007 ha sido recogida en la antología Las estrellas para quien las trabaja (2007). Con su anterior entrega poética La casa roja (Editorial Calambur, 2008), obtuvo el Premio Nacional de Poesía 2009. De reciente aparición es La bicicleta del panadero (Editorial Calambur, 2012) por el que recibió el Premio de la Crítica. En el ámbito de las artes plásticas ha expuesto su obra gráfica y pictórica en galerías de España, EE.UU., Europa y Latinoamérica. En 1999 obtiene una Mención de Honor en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional, y semejante distinción en la VII Bienal Internacional de Grabado Caixanova 2002, Premio Internacional de Arte Gráfico Atlante 2009 y III Premio Internacional de Grabado Dinastía Vivanco en el 2010.TODOS LOS LIBROS LLENOS DE PALABRAS
Y todos los libros llenos de palabrasy todos los calendarios llenos de díasy todos los ojos llenos de lágrimasy llena de nubes la cabeza de todos los maresy llenos de coronas y puntapiés todos los relojes de arenay de jirafas molidas todos los pechos condecoradosy todas las manos llenas de verano y caracoles marinosy todos los dormitorios llenos de manojos de explicacionesy de pantalones disecados las sillas en todos los prostíbulosy todos los huecos llenos de públicoy todas las camas llenas de electrocutadosy todos los animales llenos de espíritu y pánicoy de feroces gritos los árboles en todos los aserraderosy todos los tribunales llenos de testimoniosy todos los sueños llenos de sacacorchosy llenas de chicas todas las estrellasy todos los libros llenos de palabrasy todos los calendarios llenos de díasy todos los ojos llenos de lágrimasy todas las peceras y todos los pupitres y todas las cenas íntimasy todos los razonamientos llenos de indudables edificiosy toda la primavera llena de moscas y crisantemosy llenas todas las iglesias y todos los calcetines y todas las peluqueríasy todas las mujeres llenas de gloriay llenos también de gloria todos los hombresy todas las perreras llenas de ángelesy todas las llaves llenas de puertasy todos los bazares llenos de ratonesy llenos de barrenderos todos los cuadrosy llenas de estiércol todas las escobas de la patriay todas las cabezas llenas de radiografías e intríngulisy llenas de luz todas las subestaciones eléctricasy llenos de amor todos los manicomiosy todos los cementerios llenos de salvavidas

SALMO DE LOS BIENAVENTURADOS
Bienaventurado el que a los cuarenta años aún no ha conocido la recompensa y llama virtud al cordón de un zapato,el  hombre sin convicción que tumbado en la hierba pasa el día durmiendo y discute sobre el esfuerzo con los saltamontes.
Bienaventurado el que soporta el préstamo de la verdad, el excavado en piedra y el que construido en paja es alternativamente señor de la nada y rey de un solo vasallo.
Bienaventurado tú que sin llamarte Juan no eres otro que Juan el explícito, el padre del aire cuyos hijos heredarán los molinillos de viento.
Bienaventurado el que ha pasado la noche con la insignificancia, porque embellecido por la privación será de él alguna vez la ausencia,el que es vecino de dos bocas, el de la voz menuda al que le falta un diente, el hombre sin pretexto que tuvo un asno, una boina, un chivo.
Bienaventurado el que ante el argumento de la pólvora tuerce su hocico de linterna y habla alto, el que paga su aullido con la vida, el que en un instante es articulación de lobo y árbol de rodillas.
Bienaventurado el pájaro cuyo canto despierta el corazón de una madre en las ramas de la tristeza.
Bienaventurado el manco y su violín de oxígeno, la abeja del azúcar que liba la corteza de los licores blancos.
Bienaventurado el viajero que vaga en lo concéntrico y traduce el límite, la fertilidad del sacrificio, la teología de las medallas de la luna.
Bienaventurado el que  emigra al borde de su amor, porque de él será la extraña fruta del animal del sábado.
Bienaventurado el esqueleto de Rimbaud y su pájaro influyente, único héroe en el festín del cráneo.
Bienaventurado el que ante la alusión de los espejos se vuelve pensativo y amablemente azul sus lágrimas ignora.
Bienaventurado lo inmortal del muerto, la excusa del sombrero y su balido, el repentinamente desahuciado en el paladar de tablas de la muerte.
Bienaventurada la golondrina de madera que le late al niño antes de conocer el sexo.
Bienaventurado el aire de la soledad del péndulo, el manso bajo el sol y la virtud del ciego, la esponja que da de cantar su lluvia a la garganta.
Bienaventurado el que apoyado en su bastón está toda la noche ahí y es piedra de la luz, piedra de laedad, los dos ojos del pájaro en el collar del cero.
Bienaventurado el astro que ignora su caballo y ha cerrado el párpado, la agria lepra que arde en las arterias, la sal del paraíso.
Bienaventurado el que condensa lutos negros, porque de él será la última soga del relámpago, el primer peldaño en la escalera del descendimiento.


CAVALO MORTO
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas, posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.Lèdo Ivo es un hombre viejo que vive en Brasil y sale en las antologías con cara de loco. En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo. Otro mundo es el fondo de un vaso, un lugar donde lo recto tiene forma de herradura y hay una sola calle forrada con tela de gabardina.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.Un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo es un río  que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas,  pequeñas mentiras de lluvia heridas por una púa de acacia. En Cavalo Morto los aviones atan con cintas de vapor el cielo como si las nubes fuesen un regalo de Navidad y los felices y los infelices suben directamente a los hipódromos eternos por la escalerilla del anillador de gaviotas.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.Un poema de Lèdo Ivo es el amante de un reloj de sol que abandona de puntillas los hostales de la mañana siguiente. La mañana siguiente es lo que iban a decirse aquellos que nunca llegaron a encontrarse, los que aún así se amaron y salen del brazo con la brisa del anochecer a celebrar el cumpleaños de los árboles y escriben partituras para el timbre de las bicicletas.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.Lèdo Ivo es una escuela llena de pinzones y un timonel que canta en el platillo de leche. Lèdo Ivo es un enfermero que venda las olas y enciende con su beso las bombillas de los barcos. En Cavalo Morto todas las cosas perfectas pertenecen a otro, como pertenece la tuerca de las estrellas marinas al saqueador de las cabezas sonámbulas y el cartero de las rosas del domingo a la coronita de luz de las empleadas domésticas.
Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.En Cavalo Morto cuando muere un caballo se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere un evangelista se llama a Lèdo Ivo para que lo resucite, cuando muere Lèdo Ivo llaman al sastre de las mariposas para que lo resucite. Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.

LA CASA ROJA


  Alguien anda diciendo que en las afueras de la ciudad hay una casa roja. Una casa donde los cardenales negros sacrifican papagayos a la voz del diluvio. El diluvio tiene las barbas blancas como el sauce de la jurisprudencia un domingo de bodas. Los predicadores aman la tempestad y golpean con sus Biblias de nácar la erección de los guardiamarinas. Las familias beben alcohol, se santiguan, recolectan insectos. El niño de la lámina se masturba plácidamente con la transparencia. La rosa de Jericó huele a vainilla. Alguien anda diciendo que en las afueras de la ciudad hay una casa roja. Una casa cuya ilusión está llena de peces, el pez de San Pedro, la conciencia del delfín encerrada en el aro de la bahía desierta. Lorenzo de Médicis tenía una casa roja, las maniquíes de Bizancio tenían una casa roja. Mi corazón es una casa roja con escamas de vidrio, mi corazón es la caseta de los bañistas cuya eternidad es breve como columna de lágrimas. El minotauro hace rodar sus ojos por el acantilado de las estrellas, la herida del anochecer hace su nido en la arena. Yo hablo con alas, yo hablo con lava de lo ardido y humo de diamante. La geometría bebe veneno, en el canto de los pájaros suena la armonía del baile de los muertos. En la casa roja hay una mesa blanca, en la mesa blanca hay una caja de plata con la nada del sábado. La intemperie gime contra los muros, la tristeza gime contra los mármoles. El profeta tuvo una casa de papiro a la orilla del lago, la muchacha del ghetto vivió en la casa de las preguntas. Mi mano izquierda luce un anillo de agua, en el camafeo de la supersticiosa brilla el mercurio de la temperatura. Lo que canto es lumbre, caballos lo que canto contra la aritmética y los números. Alguien anda diciendo que en las afueras de la ciudad hay una casa roja, una casa bajo el índice del cielo y el negro nenúfar de la amante devota. El muchacho con ojos de ebonita ama la enfermedad y el rubí de los reyes. Las mujeres hermosas sueñan con acuarelas, sueñan con garzas y volúmenes y súbitos prodigios sobre las alfombras de lana. Yo vivo extraviado entre dos rosas de sangre, la que tiñe la calamidad de impaciente belleza, la que tiñe la aurora con su astro eucarístico. Mi voluntad tiene la cólera del orfebre, mi capricho tiene el óxido de tu frente de hierro. Nadie cruza los bosques malignos, nadie sobre la yerba de la muerte escucha el desconsolado discurso de las ceremonias asiduas. Yo veo el arco iris, yo veo la patria de los músicos y el olivo de los evangelios. Mi casa es una casa roja bajo la fibra de un rayo, mi casa es la visión y la beldad de una isla. Aquí cabe la gala del mandarín y la escrupulosa usura de las edades antiguas. Esta casa mira al norte hacia las lagunas de helechos, esta casa mira al sudeste azotada por el aliento de los que piden limosna.Juan Carlos Mestre

JUAN CARLOS MESTRE EN LA NOCHE EN BLANCO DE GRANADAJuan Carlos Mestre

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