El diario Sport publica una entrevista con el "Milonguita" Heredia que no tiene desperdicio. Para los chavales de hoy quizás resulte sorprendente, pero si esto sucedía en un equipo de primer nivel podéis pensar lo que ocurría en categorías inferiores. Algo de lo mas jugoso que comentó el ex- futbolista, del que podemos recordar su trayectoria en la Wikipedia.y algún vídeo en este enlace.
Los partidos lindos eran contra el Madrid. Jamás jugué mal contra ellos. Para mí son los blancos, no digo el nombre completo del equipo". Igualmente, confirmó a RAC 1 que en un derbi contra el Espanyol pinchó con clavos a sus rivales: "Urruti, gran persona, me había contado en la selección que Marañón si en un entrenamiento se hacía un pequeño corte y había barro se iba a que lo curasen, por miedo a la infección. El siguiente partido de Liga era en su campo y en la concentración de Vallvidrera busqué cuatro clavos. Neeskens me pidió uno y Zuviría, otro. En el descanso los dejamos en el vestuario y, cuando el árbitro me preguntó por los clavos, informado por los jugadores del Espanyol, le dije: 'soy futbolista, no carpintero'". La anécdota es fea, pero refleja una época de mucha dureza. "Me peleaba con los defensas, con el diablo si hacía falta, por esa camiseta. Así era mi carácter", recuerda Heredia. Y en esa época a los delanteros no les faltaban golpes: "Puñetes, puñetazos, cabezazos... al nueve le daban por todos lados. Fernández y Aguirre Suárez, del Granada, si les ponías a la madre de ellos pegaban a la madre de ellos, no tenían problemas". Y de ahí surgieron sus problemas con Rifé: "Íbamos a campo contrario, donde daban hostias, y el nueve era el 'Milonguita'. Pero jugábamos en casa, donde se podían marcar goles y florearse, y yo era el enganche. El nueve era Krankl. Cogí a Rifé y le dije que o era el nueve o el enganche en todos lados. Me dijo que jugaba si él lo decía. Al final le dije a la directiva que si Rifé no se iba me iba yo. Y me fui en lo mejor de mi carrera. Rifé se puso los galones muy pronto. Le dije que no le daba dos hostias por respeto al club, que si se las daba se iba a dormir dos días"