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Esta creo que es una de las reseñas más difíciles de escribir. De hecho sólo me salen onomatopeyas para describir la novela.
Nunca me había interesado la literatura de fantasía, no por nada en especial, pero siempre me ha parecido un tanto ridícula, me cuesta entrar en una historia en la que los personajes son gnomos, van en parejas, y se llaman Bombín-Bombón, Chimpín-Chimpón, o Trinquín-Trincón. No consigo entrar en la trama, lo siento, no veo creíble que un tipo venga del mar de fuego de las tierras altas del norte de la península de los árboles cantantes donde amanecen dos soles y la noche la alumbran ocho lunas. Pido perdón a los millones de fans de este tipo de literatura, pero a mí no me gusta.
Por este motivo era muy reacio a acercarme a cualquier obra con la etiqueta de "fantasía", grave error en este caso.
He leído que el primer tomo de la historia de Canción de hielo y fuego, Juego de Tronos, se publicó en 1996, es decir, hace doce años, y yo ni siquiera había escuchado de su existencia hasta que el año pasado vi toda la ciudad de New York empapelada con la promoción de la nueva serie que estaba a punto de estrenar HBO. No sentí la más mínima curiosidad y en un alarde de inteligencia y visión de futuro le dije a mi acompañante que esa serie sería un fracaso.
Un día, comentando precisamente esta anécdota, un buen amigo me dijo que era una gran novela, y tanto me habló y con tanto entusiasmo que me decidí a leerla. Bueno, gracias Guillermo, es lo más que puedo decir. Desde las primeras frases "Aquella noche había algo diferente. La oscuridad tenía un matiz que le erizaba el vello. Llevaban nueve días cabalgando hacia el norte, hacia el noroeste y hacia el norte otra vez, siempre alejándose del Muro. Cada día había sido peor que el anterior, y aquél era el peor de todos. Soplaba un viento gélido del norte que hacía que los árboles susurraran como si tuvieran vida propia", el Muro, el invierno, el frío y la Guardia de la Noche, ya para siempre en mi imaginario.
No voy a explicar demasiado de la novela porque creo que debo ser el último en descubrirla, de hecho incluso los que sólo ven la televisión saben más que yo porque ya están presentando la segunda temporada, pero sí me gustaría hacer un pequeño análisis personal.
En primer lugar la fantasía es un complemento de la novela, ni siquiera es un "personaje" principal, creo que hay más fantasía en una novela de García Márquez que aquí. Es cierto que aparecen algunos seres un tanto extraños, como los lobos huargo, los Otros, y otras referencias mitológicas o mágicas, pero la novela transcurre en un mundo inventado tan complejo que cuesta un gran esfuerzo seguirlo y en el que la fantasía no es lo más importante. En ese mundo, formado por siete reinos, habitan cientos de personajes que el autor, el señor R.R. Martín, nos va presentando con una habilidad extraordinaria. Cada personaje es real, personas de carne y hueso con la única característica que sufren el peso de saberse partícipes de un momento clave en ese mundo imaginario, y cuyas vidas son extremadamente frágiles. Personajes que no ostentan la bondad o el mal por naturaleza, sino que actúan movidos por intereses particulares, como cualquiera de nosotros en nuestras vidas personales. En ese mundo del señor R.R. Martín la vida es cruel, dura, y la supervivencia es un reto que muy pocos consiguen completar, como tuvo que ser en realidad nuestra Edad Media, era en la que se ha inspirado el autor para dibujar su desbordada fantasía.
No quisiera tener la cabeza del señor Martín ni por un momento...
Este primer tomo está narrado en base al personaje principal de cada capítulo, de manera que la historia se trenza desde los diferentes puntos de vista y vivencias de cada personaje. Un gran acierto por parte del autor, ya que de esta forma nos permite adentrarnos en la psicología y la motivación de cada uno de ellos e ir creando la trama lineal solo en nuestra memoria. Mi amigo me dio un pequeño consejo antes de empezar a leer, me dijo "no te encariñes con ningún personaje", no le hice caso y sufrí. No hay personajes en esta historia más importantes que los demás, aquí lo único que importa en verdad es el mundo de los siete reinos, todo lo demás son las piezas que lo habitan, como cualquier otro mundo no inventado en el que las personas, sean buenas, malas, genios o villanos, pasan por él, viven el tiempo que la providencia les asigne (en este caso la providencia se llama George R.R. Martín y es cruel), dejan su obra y mueren, pero el mundo continua. Así es Juego de Tronos.
Ahora, mientras escribo estas líneas, ya me espera el segundo tomo de los varios que hay, cinco o seis tengo entendido, de extensiones kilométricas cada uno de ellos, pero su agua es tan densa y atrayente que no veo el momento de dejar de escribir este post para sumergirme de nuevo en el mar Angosto y ver qué les ha ocurrido a las docenas de personajes que el señor R.R. Martín dejó colgados en el primer tomo.
Resumen del libro (editorial)
Tras el largo verano, el invierno se acerca a los Siete Reinos. Lord Eddard Stark, señor de Invernalia, deja sus dominios para unirse a la corte de su amigo el rey Robert Baratheon, llamado el Usurpador, hombre díscolo y otrora guerrero audaz cuyas mayores aficiones son comer, beber y engendrar bastardos. Eddard Stark ocupará el cargo de Mano del Rey e intentará desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su vida y la de todos los suyos.