Y es que los juegos de mesa representan una forma de diversión que no tiene edad, ni raza ni color.
Hoy hablaremos de cómo los juegos de mesa pueden representar un negocio interesante, ingenioso y que puede ser muy lucrativo.
Probablemente la razón por la cual los juegos de mesa han trascendido generaciones a lo largo de la historia más que solamente diversión probablemente sea por que despiertan ingenio, alegría, emociones variadas y retos.
Juegos ancestrales como Ajedrez, las Damas o los divertidos rompe-cabezas son algunos de los mejores ejemplos a mencionar de los muchos que existen y que demuestran cuánto un juego muy creativo puede resistir el paso del tiempo.
Algunos datos interesantes.
¿ Sabías por ejemplo que Monopoly ha vendido más de 160 millones de unidades en 80 países ?
¿ Sabías que este juego fue creado durante la depresión económica de Estados Unidos en 1933, por un ingeniero llamado Charles Barrow que en ese momento estaba desempleado ?
¿ Sabías que nadie quería comercializar este juego y Charles vendió por su propia cuenta las primeras unidades del mismo hasta que comenzó a hacerse popular y Parker Brothers le compró los derechos ?
Así pues, los juegos de mesa puden ser un gran negocio que fundamentalmente puede enfocarse desde dos importantes ángulos:
- La creación, fabricación y comercialización del juego de mesa en si mismo y las ganancias obtenidas por el volumen de ventas.
- La comercialización de los derechos de autor y las regalías que se obtienen al patentar un juego con potencial de comercialización por medio de otros fabricantes.
En ambos puntos es determinante para el éxito del negocio, que la creación del juego observe al menos los siguientes aspectos:
- Debe ser muy creativo. Una de las cualidades más importantes con las que debe contar un juego de mesa es la creatividad y el ingenio.
- Deben ser muy divertidos. Probablemente esta sea la cualidad más importante a mencionar. Especialmente si son dirigidos a niños, debes tomar en cuenta que los niños no tienen piedad con los juegos. Para ellos, si no es divertido, no vale la pena y buscarán otra actividad a realizar.
- Deben ser fáciles de aprender. La facilidad de aprendizaje puede hacer la diferencia entre un producto exitoso y uno que no lo sea. Desde luego, no todos los juegos de mesa existentes son sencillos, algunos tienen de hecho un alto grado de complejidad (como el Ajedrez) pero esta va ligada a una buena dosis de creatividad y aún así son fáciles de aprender.
- Mejor si son para rangos amplios de edad. Los mejores juegos de la historia son aquellos que pueden ser disfrutados por pequeños y grandes (al mismo tiempo). La diversión en grupos es uno de los atractivos mejor valorados por los fanáticos de los juegos de mesa.
- Deben implicar retos. Los juegos más atractivos regularmente representan retos. Probablemente por la naturaleza del ser humano, todos queremos ganar y cuándo un juego nos requiere estrategias y la posibilidad de ser ganadores, entonces es aún más atractivo.
- Debe incluir todos los elementos para poder disfrutarlo al momento. Incluye en el paquete todo lo necesario para disfrutar del juego inmediatamente: piezas, instructivos, etc. No hay algo más desagradable que no poder disfrutar un juego por no contar con algún elemento difícil de conseguir.
- Puedes considerar el elemento didáctico. No todos los juegos tienen que ser educacionales, aunque si adicionalmente a la diversión, cuentan con un elemento de aprendizaje, entonces puede ser un producto aún más atractivo. El secreto está en no permitir que por hacerlo educativo, se torne aburrido y tedioso.
- Procura que tu producto sea económico de fabricar. Cualquiera que sea la modalidad de juego que elijas: tableros, cartas, piezas, de piso, etc. Procura que los elementos que incluyas no sean tan costosos al menos en la primera versión de tu producto. Recuerda que tendrás que fabricar algunas docenas de juegos al principio.
- Procura que tu producto sea atractivo y agradable a la vista. Recuerda que el producto entra por los ojos. Un juego visualmente agradable será mas aceptado que otro que no lo sea.
- Asegúrate de probar bien tu juego para garantizar los resultados, especialmente la diversión. Para ello utiliza jugadores de prueba que puedan utilizarlo mientras tu observa y tomas nota de cómo mejorarlo y hacerlo lo más entretenido posible.
- Promueve tu producto en escuelas, colegios y escuelas dominicales en iglesias. Promueve tu producto en círculos pequeños, acércate a los maestros de escuelas o iglesias, ofréceles alguna demostración gratuita a cambio de que te ayuden a promocionar tu producto. Esto te ayudará a darlo a conocer para posteriormente comercializarlo a una mayor escala.
- Elije un nombre divertido que venda. El nombre del producto es muy importante. Debe ser un nombre muy creativo, que implique diversión, fácil de recordar y que los niños puedan asociar y pronunciar con facilidad.
- Patenta tu juego. Una vez que comiences a encontrar aceptación y reúnas algo de capital, registra tu producto para proteger tus derechos y comercializar tu propiedad intelectual.
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