Juegos Navideños

Publicado el 16 diciembre 2009 por Josune

 JUEGOS NAVIDEÑOS







Snow Patrol-Chasing Cars



Hoy, el frió comprime los mas nimios vasos sanguíneos, los dedos se llenan de escarcha pese a no estar tecleando en el despacho donde se murio la calefacción. Me gusta la obligación de tener que compartir contigo la mesa, de tus miradas esquivas a mi escote ofensivo, de obligar a mis pies descalzos despistarse sobre tu pernera, y percibir como se dilatan tus pupilas y poder aguijonearte con una leve sonrisa traviesa, mientras bajas la cabeza y te rascas la entrepierna. Me gusta sentirte cohibido, expectante y fingidamente lejano a la espera de mi próxima diablura, después de que te propusieras que no volvería a ocurrir, que no follaríamos como dos dementes en la sala del café, excitados por la remota posibilidad de entrada en escena de tu acomodada pareja. La estupenda y comedida, que te esperaba en el portal del bloque de oficinas, con su bolso inmaculado de Channel cargado de antidepresivos, y el aroma hiriente de recién salida de la peluquería.


Todos los falos del averno, se amilanan bajo la cremallera, y solo bajo las efluvios de las macabras cenas de empresa, tras el aluvión de bebida, se intuye cierta viveza, y hago de ese momento mi patio de recreo, y me sublevo contra la imposibilidad de no volver a tenerte, y se vuelve el objetivo que derribar esta tarde.


El invierno ha tomado por asedio la ciudad, abofeteando esta fingida tregua de calidez en plena estación que se debe glacial. La carne se refugia entre mullidas bufandas, entre capas de sintéticos pelajes, a refugio de este frió cortante que sodomiza las avenidas marcando el ritmo de los peones, que apresuran su paso sobre las aceras.


Debo ser una enferma, o una puta bendecida con la autocombustiòn entre mis caderas, pero a mi, poder percibir la transpiración de la urbe me pone cachonda.


Las bocas y sus alientos nebulosos escupidos al aire, la blanquecina neblina espermática densa sobre el paisaje, las chimeneas calientes soltando sus flujos hacia al puto cielo... Una deliciosa evocación seminal que tragar a boca llena, que lo impregna todo de promesas.


El compás cimbreante de abrigos y disfraces, que poder desenvolver como una niña el día de reyes, y recrearme luego en los matices de la piel, en el aroma de ese sudor tibio y dulzón de las axilas, de esos sexos cohibidos a los que destripar sus secretos entre gemidos, acosando su abulia con mi desenfreno. Creo, que debería de mirar menos por el ventanal de la oficina y centrarme en mis tareas, pero es inherente en mi esta tendencia... y dejar un agujero abierto en la jaula, no hace mas que provocar que fantaseen los ratones de biblioteca.


Hoy quiero tu cuerpo, y su aliento susurrando delirio junto a mi cuello tenso, la liquida perversión de tu vida acuchillando mi sueños... resumiendo estoy en época de celo, o quizás de berrea, tampoco varia mucho la esencia.


Todo me habla de sexo en Otoño, la totalidad de lo que me rodea me pone irremediablemente frenética...y te pienso, y siento la quemazón. Fuego liquido que se filtra por el algodón amable de mis bragas, al recordarte... Al rememorar la cálida saliva propulsada a mi coño, por esa boca glotona que me lamió a sorbos el alma, y fermento en mi los mas lascivos y oscuros deseos.


Soy un ente travieso por naturaleza, soy lo suficientemente enajenada para conocer el placer de cruzar los limites, balsear las orillas de lo correcto y sentirme vinculada con las sacudidas del cosmos, con el despotismo que explosiona sin cortapisas, que se entrega a la inmensidad de tus ojos, al tiempo intasable del dialogo de la carne, para luego disfrutar del ahora ingrávido y purificado que se expande por el espacio, ese que también habita en mi.


Descubro mis manos viajando a través del tiempo, seduciéndose por la profundidad de este coño abrasivo y lírico, pensándote... amasando la dureza de mis tetas refugiada en el baño. Quemando minutos de estas maratonianas jornadas laborales con la que ganarse el pienso, y diseño el juego en mi mente, mientras me corro desgarrada y enmudecida.


Es deliciosamente entretenido, dejar margenes abiertos para escaparse de la realidad, y generar las bases ludicas, regladas… con las que quiero dulcemente exprimirte. Hoy tengo el tablero preparado, y mi jugada no codicia el jaque mate, es la esquemática configuración de movimientos, que finalmente avoque a “El ahogado”, lo que es lo mismo, en tablas.


La seducción, podría ser tildada de una batalla de necesidades, hoy quiero acallar el ansia de ti... y bueno, que decir, para mi el juego a comenzado. Realmente comenzó cuando te vi por primera vez, cuando comencé a urdir mi elástica trampa, en la que a ratos me siento presa de la montería que genere.


Joaquin es lo que se se denominaría un macho alfa, resuelto y vivido, determinante e intuitivo, un zorro de sienes ya un poco plateadas. Tu eras el eterno aspirante a su puesto en la oficina, zalamero y creativo, inteligente y agresivo, el que bendecía con su semen, a la hijisima del jefe. Yo, el culo mas apetecible de la oficina, sin duda, lo que me daba cierto grado de poder frente a la supremacía masculina. Mi técnica, era la consabida mecánica de la seductora, al que añadía, de cosecha propia, un toque ácido y un verbo deslenguado y tremendamente afilado, con el que mantener en alerta a los que pretendían domarme a bases de espuelas.


La tarde permanece estática, entre ese mar de luces tintineantes del árbol navideño, ese que no atendía a estaciones, ese enorme profiláctico esmeralda, que salia del almacén una vez al año y que me recordaba la mierda caramelizada que me vendía el mundo. Bolsas del Corte Ingles, llenas de buenos propósitos para estas cascabeleantes fechas, apiladas bajos la mayoría de los escritorios. Las hostias, la indiferencia, el hambre, el abandono o las traiciones... durante esta época no las vendían empaquetadas.


Como me seduce, percibir todas esas manos enguantadas, escudandose de esta borrasca siberiana que saja y azota con crudeza a los siempre caminantes. Van y vienen enfrascados en su metódica coreografiá grandilocuente, que acompaña a la Navidad.


La puta jubilada que bebe aguardiente en la tasca del Escarabajo, vomitando verdades entre sus miles de anécdotas, a su prole cargada de regalos. El señor encorsetado en su traje gris perlado, comprando un ramo de escusas rojas en la floristería, donde una dependiente que roza los cincuenta, reviste el esqueleto de su amargura con pedazos de primavera que van a parar a otros brazos. La dicharachera pescadera, insuflando vida con sus comentarios a un grupo de Marys supurando vinagre por todas su heridas abiertas. Los vahos de esas infinitas esencias cubiertas entre cueros y esponjosos tejidos, me enferman de ternura y erotismo.  Podría mal acostumbrarme... en perderme en otras vidas, me centro en el “YO”... en lo que necesito cubrir, dejo de nuevo de mirar a traves de los vidrios humedecidos de la oficina.


Mis tacones están obcecados en castigarte con sus medidos pasos, ronronean sobre los limites de los tejados, correteando entre el incombustible trafico de testosterona y olor a celulosa y tinta, que me pone absurda... e inevitablemente húmeda. Algo hemos aprendido de los ritmos viales y sus mecanismos, me sentía una gata que callejea, ufana de ella misma, por los entramados de la estancia, los físicos y los psicológicos. Así que decidí activar el ideado esparcimiento.


Joaquin, cerraba balances y a ratos se permitía largas charlas con Don Francisco en su despacho. Entre risotadas cómplices, en medio de tonos hilarantes y confidentes, intuí, que ese era el momento preciso de hacer acto de presencia, con el mas elaborado y razonable motivo. Pantalón ceñido que define los senderos del bocado que se esconde entre las piernas, que perfila las lineas de jugosa vulva agachándose levemente, exhibiéndose por la parte trasera frente al hambre natural de tu rival, cuando dejo el informe de cuentas en manos del patrón. Intención marcada, que reitero con una casual mirada, embistiendo directamente a la hipófisis, enmascaro intenciones y finjo mi total devoción a la mente preclara de nuestro patriarca de las finanzas, vertiendo apreciaciones y actuaciones de los errores que le muestro. La realidad solo se acomoda a que ya tire lazada, y el zorro de sienes plateadas me guiña amistosamente el ojo, como premio a la estocada sobre tu mediocre trabajo.


Siempre percibí los margenes de lo correcto, mis entrañas me hostigaban con un enjambre enloquecido de sensaciones, quizás fuera malestar, simple malestar de origen vírico, tal vez fuera mi moral pataleando enrabiada ,o tu interés fulminándome. Esa pupila magnética que eclipsa el resto del escenario desde la distancia, cinco metros y siento que te tengo encima.  Mordisqueas un lápiz, cuando cierro la puerta, e inicio paso hacia la hilera de espacios panelados donde traquetean enfervorizados los teclados, y el tiempo no es mas que un caracol borracho... y dejo que mis pestañas barran el suelo. Giros en espiral que descienden en mi cabeza, y lo siento desconexion inminente. Me desplomo y caigo sobre el fax y dos impresoras, al mas puro estilo diva del celuloide.“¿Quien mato al ruiseñor?” me susurra una voz en mi odio, intento que mis ojos recuperen el hilo con el mundo, que tejan de nuevo esa red de luz y variables, que escapen del negro y borgoña de mis parpados. “Abre los putas ventanas”me digo,"Activa tus parpados, joder" cromatismos, volúmenes, su cara... es el. Al menos, el terciopelo de sus cuerdas vocales lo dejan entrever, en esta ausencia de matices.


Un imprevisto favorable en la jugada... “Ábrelos” y dos palmadas decididas sobre los carrillos, me rescatan de la totalidad de la nada. Allí esta, Miss tranxilium arrodillada junto a mi, y tu a su espalda, de pie, en la retaguardia, y te imagino taladrando su ano, dilatándose al compás de tu polla. Ese ano ausente y narcotizado, esa carne moribunda y estúpida tan bien rasurada. No puedo evitar, imaginar su coño emulando la santidad, sin la impureza de un rasgo de animalidad... Dándote de comer sus flujos resecos, entre sus asepticas sabanas que temen el descontrol, no puedo mas que querer arañarte la cara por ser un hipócrita mas acomodando su falo, y derramando su alma sobre las necesidades y esperanzas inculcadas, vuestros insípidos diálogos, antes...durante... y después de arrancarle las bragas. No debería, ser absolutista en mis pensamientos, valorar la capacidad de cada cual de elegir personaje en este eterno desfile de mascaras, y me obligo a no tener aristas, margenes afilados en mis fronteras que me sangren mas de lo necesario, pero contigo lo hago.


Esta estúpida partida, sin adversario tangible. El impredecible y caótico albur, que desconoce de reglas humanas y descuadra la previsión y las estrategias.


La jugada queda anulada con la llegada de la reina blanca surgiendo de la nada, dejando carente de movimientos a la yegua negra sobre el sofacito de la sala de café. Una pieza avanza, son los brazos de Joaquin se empeñan a que tome aliento en su regazo... voy a permitirme ser mimada frente a ti. Voy a atacar tu ego con la torre abrazada a mi.



Continuara...



Esperando que alguien lo disfrute… Josune.