Una de las cosas que siempre me ha llamado la atención sonlas subastas de arte. A veces, mira si es llamativa la operación (por el objetoartístico, por quien lo compra o por el importe que se ha pagado), que sale enlos medios informativos. Cuando he visto lo que se ha pagado por un cuadro, porejemplo, y veo que lo ha comprado una corporación privada o una persona física,alucino con ello. Lo primero que me planteo es cómo puede tenerse tanto dinero;lo segundo, a la conclusión que llego, es
qué poco tiene que haber costado de ganarese dinero para hacer este dispendio. Hay personas u organizaciones quetienen muchísimo dinero y,
no sé como selo montan, pero este les llueve. Los americanos del norte son muy dados a“valorar” a las personas y establecen una clasificación en razón de su fortunao ingresos.
He dicho que “
no sécomo se lo montan”, pero es fácil de suponer. Detrás de una corporación ouna persona física hay todo un entramado, un enorme engranaje, que se organizaen base a aumentar una fortuna. Su único objetivo es crecer, y por supuesto multiplicarse;todo va en esa dirección, sin importar nada más.
Vamos a imaginar un poco y a suponernos en la cúpula de unaorganización de estas. ¿Qué haríamos si fuéramos multimillonarios yestuviéramos en el top 100 de los más ricos del planeta? ¿Te irías a lasBahamas y te comprarías una isla para “retirarte” y disfrutar de lo que tantote ha costado conseguir? Seguro que si lo hicieras tu imperio no tardaría endesmoronarse, necesita tu dedicación absoluta. Aparte de lo que hemos dichoantes, nos daríamos cuenta de que tenemos “poder”; de que podemos actuar einfluir, de que podemos “hacer historia”. Lo primero que veríamos es que si“las circunstancias” ha sido propicias para nacer, crecer y multiplicarse,debemos hacer lo imposible para que esas circunstancias no cambien (nos haremosconservadores agresivos, bueno lo seríamos de nacimiento). De todas formas debemostener en cuenta que hay multimillonarios que están entre los 100 más ricos delmundo y utilizan su poder y fortuna para otras cosas distintas, algunas inclusohumanitarias. Pero esto no quiere decir que su “maquinaria” no continúemoviéndose al ritmo de “producción” previsto.
Llegados aquí, lo primero que harías (seguramente) seríareunirte “con los tuyos”, los más ricos (más unidos, más fuerza). Tratarías probablementede estar “presente” en las reuniones del
G8, o en el
Grupo Bilderberg, o encualquier otro foro donde hablar de “vuestros intereses”. Puede incluso que acabarassiendo miembro de un grupo que “dirige el mundo”, del gobierno mundial en lasombra.Para todo esto se necesita información. Estamos tan“tranquilitos” en nuestro pueblo pasando nuestras “viditas” que no podemos niimaginar toda la maquinaria de expertos, emisarios, agentes, mediosinformativos, satélites y alta tecnología que tienen a su disposición. Estáncontinuamente en contacto y de cuando en cuando se reúnen, o reúnen a susvasallos representantes, e intercambian información y
toman decisiones.
A esa situación no se llega por casualidad. Puede haberseheredado, pero también por un buen golpe de suerte o simplemente ser un crack-lincepara los negocios. Pero no de esos de “ir por casa”, no; sino a nivel mundial.Estos son los que gobiernan de verdad. Ellos son los que manejan los hilos(llámese influidores-corruptores o emprendedores, según se mire) y llevan a laHumanidad por donde les interesa. Creemos que son los políticos los que nosllevan ahí, pero en los últimos tiempos ha quedado en evidencia que elverdadero gobierno mundial existe pero no sabemos por quién está formado,aunque podemos imaginarlo. Los políticos de Comunidades autónomas o alcaldes degrandes ciudades, por ejemplo, son súbditos insignificantes de los que nisiquiera saben su nombre. Tampoco el de los presidentes de gobiernos de segundacomo nuestro país, que son unos “mandaos”. Son ellos los que dicen a cuatropolíticos importantes mundiales el camino a seguir. Porque tienen dinero, y lospolíticos lo necesitan para ellos y para sus partidos… y también quieren poder.
Esta es la
Gran Conspiración, la inhumana; la que sólo nosve como hormiguitas a las que instrumentalizar en su propio beneficio (carne decañón, ¿recuerdas?).
Lo que más les gusta, además de ganar dineroy ejercer poder, es jugar a ser dioses.
Dale caña a la inconsciencia de la Humanidad que, por suspocas luces, permite que este mundo sea como es, y no sólo no denuncia, sinoque incluso adora y admira a esa gente.
Juan-Lorenzo
dalescana@gmail.com Más artículos de denuncia