Foto: Ralica Raycheva
Marta era una mujer inteligente, con sentido del humor, aunque lo que más utilizaba era la ironia y el sarcasmo...le gustaba escuchar porque tenía claro que la información da poder...Era ambiciosa, seductora y narcisista...
Su vida privada era un misterio para sus compañeros de trabajo, nunca bajaba la guardia, se mantenía a cierta distancia, la suficiente para que no se atrevieran a cruzar su terreno...
Marta abrió la puerta del garage, era muy tarde, se sentía agotada por dentro y por fuera. No sabía cuanto tiempo podría mantener ese disfraz de cara a la galeria.
Cuando abrió la luz del salón, sintió una patada en el estómago, era la soledad sazonada con recuerdos que le daba de pleno...se imaginó por un momento que Sergio aún estaba alli, podía olerle, incluso ver su sonrisa...no pudo contener la emoción. Se dejó caer en el sofá y sintió su propia voz...estaba sollozando.
La impotencia empezó a aplastarla y la rabia subia las escaleras de dos en dos...estaba a punto de alcanzar la garganta y dejarla sin apenas aire...
Casi como una autómata, se quitó la ropa , sus pasos la dirigieron al cuarto de baño...abrió el grifo de la bañera...el vapor la hacía sentir como en una nube...se metio dentro...sabía que el sosiego duraria lo que el baño...menos era nada...
Teresa