Publicado el 20 marzo 2014 por Olgasierra
@mimododever
La vergüenza que nos ganamos aquella noche, en cambio, nos acompañaría para siempre, al igual que la fama de camorristas.Pobre madreCómo llorabadescompuesta ante la escena de sus gemelos peleando a guantazo limpio y sin poder hacer nada. Y todo por el maldito derbi. Que si una falta mal pitada; que si eso no era penalti… Las voces subiendo de tono; los insultos… La bofetada que me propina el “descerebrao” y mi puño de acero estrellando contra su boca. Hace días que no sonreímos; son demasiado evidentes las bajas en nuestras piezas dentales, así que mientras ultiman detalles y fecha para nuestra separación quirúrgica, hemos decidido darnos una tregua. *******