Justified Season 4: Meter la mano donde pica la culebra

Llega un momento, más pronto que tarde, que los caminos de Raylan y Boyd se acaban cruzando en ese pequeño nido de serpientes que es el condado de Harlan. Normalmente debido a que precisamente alguien agita ese nido.Y cuando eso pasa, el enfrentamiento es inevitable. En esta temporada ese cruce se ha producido en el quinto capítulo de la temporada, un capítulo genial que ha reunido a todos los grandes personajes de la serie, Natalie Zea incluida, porque hasta ese momento tanto Raylan como Boyd iban a lo suyo.
Es Raylan, que en este inicio de temporada no está teniendo muchas suerte, el que mete la mano donde pica la culebra. Un testigo protegido caído del cielo décadas atrás, un cargamento de coca, una bolsa de viaje,  un carnet de conducir y Arlo Givens ( Raymond J.Barry) de por medio son suficientes para que los acontecimientos se precipiten y volvamos a ver reunidos a toda esa troupe de personajes que amenazan con tanta educación: Raylan, Boyd, la mafia de Frankfort, con Wynn Duffy al frente, y esa mafia de Detroit que ya vimos la temporada pasada. Cuando una mariposa agita las alas en Harlan, el huracán se desata allí mismo...

No voy a contar más de la trama, sólo diré que a partir de ahora es cuando la Justified que más nos gusta empieza de verdad. Hasta ahora había estado bien, pero le faltaba ese enfrentamiento que cada temporada esperamos impacientes entre los Crowder y los Givens. Hasta este capítulo, la serie no se había metidod e lleno en la trama principal de la temporada, aunque eso sí, en esos cuatro capítulos anteriores hemos disfrutado la parte más cómica de la serie, con un Art (Nick Searcy) totalmente desatado y  un nuevo policía del condado, interpretado por Patton Oswalt (United States of Tara) del que me declaro fan absoluto, sobre todo de su coche patrulla y de su bolsa de viaje de emergencia (con AK47 incluida).
Así que a disfrutar de los ocho capítulos que quedan, con todo el condado de Harlan "on-fire" buscando a un enigmático personaje que un día, décadas atrás, caía del cielo al infierno.