Beatriz Benéitez Burgada. SantanderAyer, al salir de la oficina, miré el reloj y pensé que ya no llegaría a tiempo de ver a las peques despiertas. Se acuestan muy pronto entre semana. Había sido un día de muchísimo trabajo y, además, había aprovechado el mediodía para estudiar un rato. El máster es interesante, pero ahora toca el módulo de contabilidad y tengo que admitir que no pertenezco al club de fans del Plan General Contable... Con todo eso a la espalda, decidí darme un respiro, y me fui al cine: Katmandú, un espejo en el cielo. Elegí bien. Preciosa película que recomiendo ver. Por las bellísimas imágenes de Nepal, por la calidad de su banda sonora y porque, a través de una enternecedora historia, Icíar Bollaín nos acerca a una cultura lejana y aún desconocida para nosotros. Una historia bien contada, que consiguió que los 104 minutos me parecieran diez. Una cinta que, en esencia, trasmite fuerza, teson, valentía y ganas de superación. De forma suave, sin estridencias y con absoluto respeto.La protagonista es Laia (verónica Echegui), una maestra barcelonesa que enseña en una pequeña escuela en Katmandú. Paseando por la ciudad se topa de bruces con la realidad que viven las clases más desfavorecidas en una sociedad estructurada en castas. En los suburbios conoce a los intocables. Los que tienen menos que nada. Su mayor apoyo en el lejano país es Sharmila, una joven maestra que se convertirá en su amiga del alma. Una boda de conveniencia ante la inminente caducidad del visado le trae el amor de forma inesperada. Nada hace que se desvíe de su objetivo: desarrollar un ambicioso proyecto educativo que le permita conducir a ¨sus niños¨ hacia la libertad. Pero no puede hacerlo sola. A través de la historia de Laia, Bollaín nos muestra el difícil equilibrio entre la necesidad de avanzar y el respeto por las tradiciones. La cinta se basa en una historia real, la de Victoria Subirana, nacida en Cataluña en 1959. Y quizá, lo mejor que tenga, es la forma en la que la que la directora nos muestra la extrema pobreza y nos habla de solidaridad, sin demagogias. Acompañan a Echegui Sumyata Battarai y Norbu Tsering Gurun. Despues de ¨Hola ¿Estás sola?¨, ¨Flores de otro mundo¨, ¨Te doy mis ojos¨ ¨Mataharis¨y ¨También la lluvia¨, la directora y actriz española vuelve a superarse. Y consigue con Katmandú hacernos reir, llorar (a mares) y metgernos de lleno en la historia que nos cuenta. Porque, en el fondo, todos necesitamos saber donde está nuestro sitio.