Entonces hay que enfrentar comportamientos antes nunca imaginados pues es la única manera posible de avanzar. Caso contrario te paralizas y te quedas estático en un punto en el que dejas de respirar. Y ... se necesita aire.
Así pues, comienza una vez más el exhausto diálogo que nace en las entrañas en busca de equilibrio y al que imploras te habilite para seguir conservando aquellos valores sobre los que ya te has asentado y por lo que has luchado ferozmente.
Al tiempo, cansada de ver cómo te ha sido arrebatado ánimo, seguridad y fé, alzas la vista al cielo en busca de citas que te den respuesta.
Sin embargo y por mucho que suponga, nada bate una incansable tenacidad en busca de su felicidad.
Silvia AG