El jefe de ventas de una compañía de seguros de Nueva Escocia le dijo a un grupo de vendedores que no eran lo suficiente agresivos, ni sociables para triunfar en las ventas. Después de estas palabras de estímulo, uno de los vendedores de seguros miró por la ventana y tuvo una idea.
En la parte externa de su ventana en el piso decimoséptimo vio un andamio con algunos empleados lavando ventanas desde allí.
Rápidamente escribió una nota y la sostuvo contra la ventana para que la pudiesen ver. La nota les preguntaba si no estaban interesados en un seguro de vida, accidente o invalidez.
Los hombres respondieron, bromeando, que no podían parar con lo que estaban haciendo para hablar con él, pero si deseaba unirse a ellos sobre el andamio, estaban dispuestos a escucharlo mientras trabajaban. ¡El vendedor aceptó su propuesta! Usando un cable adicional desde el techo, se bajó él mismo hasta el andamio. En el transcurso de su conversación, ¡le vendió a uno de los hombres un seguro de vida por cincuenta mil dólares!