Saludos a todos. Hoy es una semana difícil. La falta de humanidad se ha cebado en la empresa donde trabajo y se ha llevado por delante a 142 compañeros, entre ellos gente a la que quiero y aprecio, y que han luchado conmigo espalda contra espalda durante casi dos años. A todos ellos les dedico esta entrada, y si alguno llega a leerla, desde aquí mi ánimo, mi apoyo y un abrazo. Valéis mucho y mereceis algo mucho mejor.
En KindleGarten hemos tomado impulso y, envalentonados por las primeras reseñas, que no han sido demasiado desastrosas, nos atrevemos por fin con todo un clásico. Dentro del reto "Lee el nombre de tu blog" necesitábamos un libro cuyo título comenzase por K. Y que mejor que reeler esta obra, cuya lectura hace ya más de quince años nos había satisfecho tanto. Hemos resumido la reseña un poco para hacerla más llevadera, pues íbamos por el tercer folio y seguíamos escribiendo. Vamos allá:
Título: Kim (Kim)
Autor: El británico novelista, poeta, viajero infatigable, masón, imperialista a ultranza y premio Nobel de literatura Rudyard Kipling, autor también de "El libro de la selva", "Capitanes intrépidos" y "El hombre que pudo reinar", entre otras.
Lo leemos...: En electrónico, en nuestro Kindle. Amazon lo ofrece gratuitamente en inglés, francés y alemán. Los lectores hispanohablantes, por favor pasen por caja.
Sinopsis: La India, siglo XIX. Kim, un huérfano de origen europeo, se mueve a sus anchas por las bulliciosas calles de Lahore. Pícaro, curioso, inquieto, inteligente y vivaz, el "Amigo de todo el Mundo" vivirá toda una odisea a través de la colonia británica: Desde acompañar a un lama tibetano en la búsqueda de un místico río hasta verse envuelto en una trama de espionaje de dimensiones colosales.
¿Cómo se puede definir?: Ante todo, como una novela clásica de aventuras, pero que suma elementos propios de los libros de viajes, de las historias de espionaje e intriga y de la novela picaresca, y que supone un elaborado retrato costumbrista y etnográfico de la India colonial.
¿Qué destacamos de ella?: Que en verdad tenemos entre manos una obra cumbre de la literatura y un referente de los libros de aventuras que tuvieron su apogeo en el siglo XIX y principios del XX.
En una época en la que el imperio británico abarca los cinco continentes y no existen los documentales, estas novelas tienen no sólo la función de entretener sino también la de ilustrar y acercar a los habitantes de la metrópolis la vida en las lejanas y recónditas colonias, y suponen un acicate para el espíritu aventurero e imperialista necesarios para la cohesión del león inglés.
Por este motivo, Kim tiene un gran valor etnográfico, por su carácter costumbrista, describiéndonos una India llena de vida, caótica, ruidosa, colorista, populosa, regida por un complicado sistema de castas que regula hasta los mínimos detalles de la vida cotidiana, y con una inabarcable amalgama de etnias, culturas, lenguas, credos, costumbres y profesiones que conviven en relativa armonía. Los paisajes, la naturaleza, Hasta las vestimentas, la gastronomía, la cosmética o los insultos y maldiciones están retratados.
Dijimos que esta obra tiene tintes de novela picaresca, y en verdad Kim sabrá salir airoso de todo lance gracias a su ingenio, su falta de vergüenza y de reparos, sus conocimientos del entorno y de la psicología: Sabe engatusar, lisonjear, halagar, ofender, insultar, obtener limosna... Se hace querer por todos, así se gana su apodo de "Amigo de todo el Mundo". Es un perfecto superviviente de la calle, de la que obtiene todo lo que necesita. La picaresca no sólo la practica Kim, sino los policías, los funcionarios, las mujeres de los mercados, los tratantes de caballos, los escribanos... La diferencia crucial con nuestros pícaros (tan hispanos como el tute o la siesta) es que Kim no tiene ningún interés por la medra social ni la riqueza. Es un alma noble y sencilla, pura, bienintencionada, sin maldad. Su relación con el lama (al que llama "mi santo") es completamente desinteresada, comienza por su irrefrenable curiosidad infantil y acaban en amor y fidelidad mutuos.
La galería de secundarios es digna de mención. Mahmud Alí, Lurgan, el padre Víctor, la vieja sahiba, el babú Hurreé o el coronel Creighton son muestras perfectas de la capacidad de introspección psicológica del autor y de su maestría para crear personajes con apenas dos pinceladas. Todos son a su manera personajes nobles y virtuosos pese a sus muchos defectos. Pero sobre todos ellos, se erige como nuestro favorito el lama: inocente, candoroso, sabio en unos temas y total ignorante en otros, humilde y determinado en su búsqueda del río que ha de lavar sus pecados. Un auténtico santo.
Escenario y personajes son perfectos para otro de los pilares que sostienen esta obra: El intrincado y gigantesco sistema de espionaje y contraespionaje llamado "El gran juego" que enfrenta a Rusia e Inglaterra por el control de la zona, que implicará a Kim y muchos otros, y les permitirá usar disfraces dignos del mismo Mortadelo y valerse de un sinfín de complicadas artimañas para huir del peligro o enviar información confidencial.
"El gran juego" será parte crucial del viaje iniciático de Kim y de su crecimiento personal. Esta obra contempla cuatro años en la vida de su joven protagonista, desde que es un simple golfillo que vive en las calles y cuya única pretensión es divertirse, pasando por su peregrinación junto al lama, el descubrimiento de sus orígenes, su contacto con el ejército, su educación europea y su aprendizaje de las artes del espionaje hasta convertirse en un joven y talentoso espía.
A nivel formal, el desarrollo de la trama se ve beneficiado por la fluidez del estilo del autor y de su capacidad descriptiva pues, sin caer en la minuciosidad que pudiese resultar tediosa, es capaz de ilustrar rápidamente personajes, escenarios y situaciones. El ritmo de la narración es bastante ágil, y los cuatro años de historia pasan rápidamente, pues Mr. Kipling emplea la elipsis narrativa en aquellas partes menos interesantes (como las estancias de Kim en la escuela) y desarrolla más ampliamente las de mayor trascendencia.
Como conclusión, y si partimos de que Kipling era un imperialista convencido y confeso, podemos aventurar que Kim encarna la unión de dos mundos, el occidental y el oriental. Es una nueva identidad, fruto de la fusión de las culturas, y aúna en su persona las virtudes de ambas, ya indisolubles y "condenadas a entenderse". Ambas intentarán "tirar de él": Por un lado, su ascendencia irlandesa, a través del ejército, la educación en San Javier y su participación en "El gran juego". Por el otro, su crianza hindú, cristalizada en sus palabras "yo no soy un sahib". En manos del lector queda decidir cual se impone finalmente, si es que alguna lo hace, pero en cualquier caso Kimball O´Hara / Kim es ya un personaje universal.
¿Hemos subrayado algún párrafo?: Sí, ciertamente. Este, del segundo capítulo, pensamos que es ilustrativo del tono de la novela:
"El lama, no tan acostumbrado a los trenes como pretendía, pegó un salto cuando el correo del sur, de las 3.25 horas, hizo su entrada, rugiendo. Todos los durmientes renacieron a la vida, y la estación se llenó de clamores y gritos, pregones de agua y dulces, llamadas de los policías indígenas, aullidos de mujeres que recogían sus cestas, a sus hijos y sus maridos.
- Es el tren..., nada más que el te-ren. No llegará hasta aquí. ¡Espera!
Sorprendido de la inmensa candidez del lama (le había entregado una pequeña bolsa llena de rupias), Kim sacó un billete para Ambala. El empleado murmuró algo, medio dormido, y le dio uno para la próxima estación, situada a seis millas justas de distancia.
-No - dijo Kim examinándolo con una sonrisa burlona-. Este truco es bueno para los campesinos, pero yo vivo en la ciudad de Lahore. Has sido muy hábil, babú. Pero ahora dame el billete para Ambala".
¿Más datos de interés?: Sí. Fue llevada a la gran pantalla en 1950 por Victor Saville, en la película homónima, con Errol Flynn como Mahmud Alí y Dean Stockwell como Kim. Titulada en España "Kim de la India". Ficha IMDB
Y a la pequeña pantalla en 1984 por John Howard Davies, en el telefilme de idéntico título, con Peter O´Toole como el lama y John Rhys-Davies como Hurreé. El chico que hizo de Kim se llama Ravi Sheth, dejó la interpretación y ahora es astrofísico. Ficha IMDB
Una de las paradas
del periplo de Quin