Klorane Champú a la Camomila

Publicado el 30 septiembre 2010 por Rusta @RustaDevoradora
De un tiempo a esta parte, Klorane se ha convertido en mi marca de cabecera en lo que a productos capilares se refiere. He probado varios productos suyos y puedo decir que realmente merece la pena hacer una inversión en ellos. Unas variedades me gustan más que otras, pero ninguna me ha dejado el pelo mal y siempre tengo ganas de probar otra línea suya en cuanto termino un bote de champú. Esta vez no os hablaré de un descubrimiento reciente, puesto que usé por primera vez el champú a la camomila hace un par de años. Me fue muy bien, de modo que hace unos meses decidí repetir con él y aquí estoy para contaros mis impresiones tras usarlo de nuevo.

Champú a la camomila. Presentación

Como viene siendo habitual en Klorane, el champú se presenta en un sencillo bote transparente, que deja ver el color amarillo del champú. Una presentación sencilla y práctica. Lo tenemos disponible en dos formatos: uno pequeño de 200 ml, y uno grande de 400 ml. La última vez compré el pequeño, y como tengo la caja por aquí puedo deciros que me costó exactamente 8,55 euros, que pueden variar un poco en función de la farmacia o parafarmacia donde lo compréis. Del formato grande no sé el precio exacto, pero en las otras variedades ronda los 14 euros. No es un champú barato y la cantidad que trae es poca (al menos el pequeño), pero os aseguro que cunde un montón y los resultados compensan el precio elevado.

Dentro de la línea a la camomila podéis encontrar una crema iluminadora que se usa como acondicionador después del champú, y que básicamente
sirve para potenciar los reflejos dorados.

Características

El champú es de color amarillo transparente y tiene una textura bastante líquida, es de los que se escurren entre los dedos si te pasas con la cantidad. Con respecto a su aroma, ¿a qué creéis que va a oler? Sí, tiene un intenso aroma a camomila, como si te estuvieras tomando una infusión. No es un olor que me entusiasme, pero en el champú me resulta agradable.

Lógicamente, el principio activo a destacar es la camomila. Tiene propiedades suavizantes y calmantes, pero además está formada por apigenina, un pigmento que según nos cuentan se va adhiriendo a la fibra capilar, sin llegar a penetrar en ella, para otorgarle reflejos dorados de manera progresiva. Es importante dejar bien claro que en todo momento hablan de “reflejos”, no dice nada de decolorar el cabello ni de cambiar su tonalidad. Espero que nadie lo confunda con los productos de camomila específicos para decolorar el cabello, porque entonces os llevaréis una decepción.

Por lo general, los champús de camomila son de tipo suave, aptos para toda la familia (¿quién no usó el Johnson’s Baby en su infancia?). Le aportan menos ingredientes químicos al cabello y eso se nota, sobre todo a la larga. En apariencia son más sencillos porque no tienen un ingrediente innovador que supuestamente va a transformar tu pelo en una melena de anuncio, pero si algo me ha quedado claro después de usar este champú es que a veces lo más natural y sencillo es lo mejor para el cabello.

Pero no me enrollo más y paso a relataros los resultados que observé. Por cierto, el champú se usa como cualquier otro y podéis usarlo con la frecuencia que queráis.

Resultados

Empezaré con el efecto que enseguida relaciono con este champú: el brillo. Mi pelo, que habitualmente se ve bastante apagado, se ve mucho más brillante después de usar este champú. Es un brillo bonito, natural, que le da la apariencia de ser un cabello más sano y hace que la melena luzca más bonita. Este y el champú a la pulpa de cidra (también de Klorane) me parecen los mejores a la hora de dar brillo, así que si esto es lo que necesitáis ya sabéis dónde buscar ;)

En segundo lugar, no olvidemos la función básica de cualquier champú: la limpieza. Al tener un cabello seco cuyas raíces rara vez se engrasan, no suelo tener problemas a la hora de encontrar un champú que me lo deje limpio (como mucho me puedo encontrar con alguno que cueste de aclarar, pero ya está). En el caso del champú a la camomila, puedo decir que cumple la función de limpieza a la perfección: se aclara fácilmente y deja el cuero cabelludo muy limpio sin apenas esfuerzo. Además, hace bastante espuma y con poquita cantidad tenemos suficiente en cada lavado. Conforme pasan los días se mantiene bien, no he notado que se me engrase ni nada (aunque ya digo que por mi tipo de pelo eso no me suele ocurrir nunca).

Volvamos al brillo y, más concretamente, al tema de los reflejos dorados que promete el champú. Ahora mismo llevo unos dos meses usándolo y puedo decir que sí, que en efecto aporta reflejos dorados al cabello. Y es cierto que estos se hacen más intensos cuando lo usas de forma seguida. Eso sí, no perdamos de vista el significado de “reflejo”: luz reflejada. El reflejo dorado se nota cuando te paras a mirar el tipo de brillo que irradia tu cabello en función de la luz. Es decir, que si sois castañas como yo, no esperéis que el champú os aclare algunos mechones ni nada por el estilo. Los reflejos dorados van directamente ligados al brillo que aporta. Reconozco que para alguien que no sepa que uso un champú a la camomila, seguramente diría que tengo el pelo brillante a secas, no concretaría si los reflejos son dorados o no. Eso es más fácil de notar en una melena rubia. Pero bueno, a lo que iba: aunque no seáis rubias yo creo que vale la pena usar el champú. Es difícil encontrar productos que aporten tanto brillo como este; que esté indicado para un color de pelo determinado es lo de menos.

Cambiando de tema, me ha sorprendido gratamente la hidratación y suavidad que aporta al cabello. También le aporta volumen, aunque no tanto como el champú de almendras. Para no estar indicado expresamente para cabellos secos y finos, creo que es muy positivo que el champú cuide tanto el cabello. Alguna vez incluso he podido prescindir del bálsamo y aun así mi pelo seguía estando suave, para que veáis. Hay productos indicados para dar brillo que descuidan el resto de las funciones de un champú, por eso es una alegría descubrir que con este no ocurre. Y lo mejor es que he observado lo mismo con todos los champús de Klorane que he probado: aunque no todos estaban indicados para cabello seco, todos me han dejado el pelo muy suave y no me lo han resecado.

En general, mis impresiones sobre este champú son las de un producto suave, natural, que sin demasiados ingredientes químicos consigue iguales o mejores resultados que otros champús más específicos. Yo en esta época suelo usar champús fortificantes o anti-caída, pero este año no me ha hecho falta porque con el champú a la camomila mi pelo está muy bien y no noto que caiga más de lo habitual. No me importaría volver a comprarlo. Creo que cada cierto tiempo viene bien usar un producto más sencillo para compensar todo lo que le metemos al cuero cabelludo durante el resto del año. Lo recomiendo al 100%.