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Publicado el 24 agosto 2010 por Vickyreptile
Mi problema con los hospitales es que absorbo todo, absolutamente todo lo que sucede ahí adentro. Capturo escenas con mis retinas, gestos, olores. Siento.
Tantas cosas.
Y vos ahí, otra vez.
Cinco años atrás dije que quería ser yo. No vos. Vos no. Tan pura, tan increíblemente pura y estoica. No.
No existe la justicia divina.
Si fui yo la que sedujo a la muerte más de una vez
¿por qué estoy acá
y vos allá?
Salgo caminando por Rivadavia. Y mientras el cigarrillo se pasea entre mi boca y mis manos, la nube de asfixia se planta en mi pecho. Ah, pero vos no llorás, Victoria. Vos no llorás nunca. La música me mece. Victoria, Victoria, ¿justo ahora la fe? ¡Qué conveniente!
Ahí estoy, haciendo la promesa. Si ella se cura. Si ella se cura, yo también. Con todo lo que eso implica. Voy a dejar el miedo atrás. Voy a optar por el mundo y no por el cielo. Porque el mundo es ella. Ella y sólo ella.
Vos tenés fuerza. Yo aprendí de vos.