Revista Diario

La animadora como Mujer celeste

Publicado el 22 agosto 2010 por Julianotal @mundopario
La animadora como Mujer celeste
Los viernes construyo un estado onírico, cultivo ofrendas ante el altar que adora a la animadora. Descubrí en ella la perfección de la belleza, la naturaleza del amor. Lo califico de esta manera después de percibir las diferentes sensaciones que se manifiestan en mí. Se trata de dar rienda suelta durante la semana a la imaginación, donde libero las piezas que dan forma a la animadora para contemplar cada una de ellas. Son los ingredientes necesarios para esperar el milagro que se presenta todos los viernes. Y es en ese mentado día donde todas las piezas encajan en ella y superan las expectativas y la imaginación, ya que sus ojos toman un color insuperable, construyen una mirada brillante y amable; sus labrios se tornan delgados y delicados como pequeñas fibras de algodón por donde se resbalan sus palabras, caen de su boca como fuente de almíbar que endulzan la existencia mundana; sus gestos tienen aspectos de dicha y altanería que obliga a una rendición indeclinable.
La animadora es para mí el amor en estado puro, como resultado, sintesis y decadencia de mis expectativas. Es la suma de dos estadíos precedentes de mi vida biológica: en uno su fin fue el escándalo de privilegiar los instintos, buscar campos inexplorados y peligrosos. Así dejé pasar el tren de Niña Sol. En el segundo estadío fue la negación de ese período de equilibrio y dicha plena, fue el sometimiento y vasallaje, la humillación y la obsesión obcena de negar la realidad. Ese tren nunca pasó, solo se detuvo para llevar mi equipaje y después me dejó afuera. Era el tren fantasma de la Reina Porá.
Con la animadora llegó a la sintesis de esa concepción: es mezcla de rendención y negación de la realidad. Puro amor platónico. Las piezas encajan a la perfección en ella, pero mis probabilidades de alcanzar es 1 en 1000000000000000000000... Y no tengo ganas, ni capacidad de ilusionarme. Por eso me conformo en concebir al amor como idea, como meta inalcanzable. Lo tomo como un desafío para construir en el llano sin perderme en el extasis. Nunca me sentí tan identificado como ahora con los aficionados a la Filosofía. Filosofía significa "amante de la sabiduría", o sea, no lo posee, carece de ella y sin embargo no dejan de amarla, de descifrarla, indagar en ella. Casi diría que soy Filoanimadora, ideando en ella a la Mujer celeste.

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