La asquerosa caridad
Publicado el 02 diciembre 2013 por Miguel Angel Requejo Alfageme @MiguelARAlfagemEstas navidades tendrán un plus para muchas personas. Saldrán de sus casas embutidas en sus caros abrigos de piel, enfundados sus dedos en unos elegantes guantes de piel, con su gorro de piel y su bufanda de piel bien alimentada y sazonada y se pasearan ufanos y satisfechos por las calles de su ciudad. Contemplando otras pieles menos afortunadas, ateridas de frio, vestidas de papel y desparramadas por las aceras. Al final elegirán una o dos y depositaran su limosna. Regresaran a sus casas rememorando aquellos años en que se podía uno llevar un pobre a cenar a casa por Navidad.Lástima que no se haga, es una cosa que el vintage ha olvidado volver a poner de moda. Aunque nunca es tarde, pobres hay a porrillo.Con la recogida de alimentos que la sociedad en general y las personas de buena voluntad en particular han organizado y que ha terminado con la recogida de unos 14 millones de kilos para el Banco de Alimentos nadie debe ver un éxito, ni un triunfo, ni motivos para estar satisfecho. Hace cuatro años no hubiera hecho falta.¿Qué ha pasado en este tiempo? ¿Un montón de miles de personas han decidió hacerse pobres?Claro que no.Fernando Pessoa en El Libro del Desasosiego, libro de imprescindible lectura para todo ser humano, cuenta lo que muy acertadamente pensaba Bernado Soares al respecto. Aunque allí donde Bernardo Soares ve hombres de acción yo veo hombres ambiciosos, cegados por la usura, la plaga que decía Ezra Pound. Lo pongo. Lo puesto entre paréntesis es un ejercicio de adaptación al medio realizado por mí.“El patrón Vasques hizo hoy un buen negocio (hipotecas abusivas, preferentes, corrupciones, apropiaciones indebidas) con el que arruinó a un individuo enfermo y a toda su familia. Mientras estaba haciendo el negocio se olvidó por completo de que ese individuo existía, salvo como parte comercial contraria. Hecho el negocio, le sobrevino la sensibilidad. Sólo después, claro está, pues, de haberle sobrevenido antes, el negocio nunca se hubiese llevado a cabo.-Me da pena ese tipo- me dijo- Va a quedar en la miseria. Después, encendiendo el puro, añadió: -En cualquier caso, si necesita algo de mí-se refería a una limosna- no olvido que le debo un buen negocio y unos millones.El patrón Vasques no es un bandido, es un hombre de acción. El que perdió el lance en este juego puede, pues el patrón Vasques es una persona generosa, contar con su limosna en el futuro”Fin de la cita. Clarito, ¿no? Nunca debemos olvidar que detrás de un obra de caridad siempre hay una o varias personas sufriendo y salvo los masoquistas, que son muy pocos, a nadie le gusta sufrir. Alguien los ha puesto a sufrir.Por eso la caridad es asquerosa. No lo olvidemos y dejemos de frotarnos las manos. Entre más alimentos se recojan más necesidad hay.Cuando depositemos unas monedas en las manos de un mendigo olvidémonos de nosotros por un momento. Justo para mirarlo…….y verlo…..verlo…..verlo un rato.