UrbanarbolismoLa gente se divierte echándose tomates encima como en la tomatina en Valencia o el cipotegato en Tarazona (Zaragoza) con el único objetivo de divertirse y romper con la monotonía, y a pesar del desperdicio de alimentos que supone y de la suciedad que se genera y el coste de limpiarlo todo después. Al menos no matan ni torturan animales.Pero, ¿y si se pudiese unir fiesta y utilidad social?. La batalla verde es un proyecto excelente que fue premiado por la Asociación Arquitectura y sostenibilidad y expuesto en el I Congreso de arquitectura sostenible de Valladolid 2009 y se trata de que los juerguistas se lanzan una mezcla de semillas y arcilla y en el tiempo, su paso no será como el de Atila sino que crearán vida en diferentes formatos. La batalla verde puede utilizarse para la rehabilitación de solares, zonas degradadas y áreas en desuso o quemadas en incendios para convertirlas en parques y jardines, bosques o huertos.Además, la mezcla utilizada contribuye a mejorar la calidad del suelo del campo de batalla de manera que el jardín resultante consume menos agua que un jardín normal.Y no es una utopía como se puede apreciar en la presentación y en las fotos de los efectos de distintas batallas verdes. En el pueblo de Guadalest (Valencia) tuvo lugar la primera batalla verde en el 2010 con la participación de casi todos los vecinos, 200 de 215, con el objetivo era ajardinar un parque en el casco antiguo del pueblo.Estas iniciativas se enmarcan en un movimiento mundial formado por GUERRILLEROS DE LA JARDINERIA que pretenden“favorecer la interacción de las personas con su entorno, reverdecer y embellecer las ciudades y aumentar la conciencia ecológica”. Y lo están consiguiendo arrojando sus bombas de semillas (seed bombs) allí donde nada crece de forma organizada o espontánea como con los expendedores de bombas de semillas.Diversión y ciudar el medio ambiente, eso sí que es progreso y no otras cosas…
LA BATALLA VERDE: fiestas tradicionales + semillas = jardines
Publicado el 14 octubre 2011 por MilcoloresenelvientoUrbanarbolismoLa gente se divierte echándose tomates encima como en la tomatina en Valencia o el cipotegato en Tarazona (Zaragoza) con el único objetivo de divertirse y romper con la monotonía, y a pesar del desperdicio de alimentos que supone y de la suciedad que se genera y el coste de limpiarlo todo después. Al menos no matan ni torturan animales.Pero, ¿y si se pudiese unir fiesta y utilidad social?. La batalla verde es un proyecto excelente que fue premiado por la Asociación Arquitectura y sostenibilidad y expuesto en el I Congreso de arquitectura sostenible de Valladolid 2009 y se trata de que los juerguistas se lanzan una mezcla de semillas y arcilla y en el tiempo, su paso no será como el de Atila sino que crearán vida en diferentes formatos. La batalla verde puede utilizarse para la rehabilitación de solares, zonas degradadas y áreas en desuso o quemadas en incendios para convertirlas en parques y jardines, bosques o huertos.Además, la mezcla utilizada contribuye a mejorar la calidad del suelo del campo de batalla de manera que el jardín resultante consume menos agua que un jardín normal.Y no es una utopía como se puede apreciar en la presentación y en las fotos de los efectos de distintas batallas verdes. En el pueblo de Guadalest (Valencia) tuvo lugar la primera batalla verde en el 2010 con la participación de casi todos los vecinos, 200 de 215, con el objetivo era ajardinar un parque en el casco antiguo del pueblo.Estas iniciativas se enmarcan en un movimiento mundial formado por GUERRILLEROS DE LA JARDINERIA que pretenden“favorecer la interacción de las personas con su entorno, reverdecer y embellecer las ciudades y aumentar la conciencia ecológica”. Y lo están consiguiendo arrojando sus bombas de semillas (seed bombs) allí donde nada crece de forma organizada o espontánea como con los expendedores de bombas de semillas.Diversión y ciudar el medio ambiente, eso sí que es progreso y no otras cosas…