Posted: 21 Nov 2017 03:26 AM PST
Cuenta una historia que un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne...
Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador.
Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían retirado ya a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta.
Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte.
Él explicó: “Llevo trabajando en ésta empresa 35 años; cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible”. “Hoy me dijo ¡Hola! a la entrada, pero nunca escuché: ¡Hasta mañana!”. “Yo espero por ese hola, buenos días, y adiós o hasta mañana cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que lo busqué y lo encontré."