La buena costumbre de escribir un diario

En un diario personal se escriben en primera persona hechos, pensamientos, sentimientos e ideas que han ocurrido en un momento determinado, siendo el registro de fecha el habitual método de estructura.

La redacción de un diario no sólo es una costumbre de la niñez. En la edad adulta muchas personas necesitan escribir en formato autobiográfico de forma habitual. Es cierto que las nuevas tecnologías están dejando en desuso la escritura manual y por ello el formato libro o libreta del diario, está quedando relegado ante la autoridad del ordenador.  Pero el objetivo y  contenido de esta práctica muy al contrario de lo que pueda parecer, sigue en activo. El Diccionario de la Real Academia define blog como sitio web, que incluye, a modo de diario personal de sus autores, contenidos de interés, actualizados con frecuencia y a menudo comentados por sus lectores. Podríamos considerarlo como una metamorfosis del clásico diario.

Lo que sí está demostrado son los beneficios que acompañan a esta rutina literaria. Estos son algunos de ellos:

- El dedicar unos minutos como costumbre diaria a escribir nos hace más disciplinados.

- Plasmar por escrito los sentimientos positivos y negativos percibidos a lo largo de la jornada nos ayuda a objetivarlos, reduciendo la ansiedad que algunos pudieran provocarnos.

- Repasar a posteriori experiencias y hechos vividos nos aporta compresión y conocimiento de nuestra propia persona.

- Actúa como  recordatorio de proyectos e iniciativas y nos ayuda en su desarrollo y puesta en práctica.

El Diario de Ana Frank seguramente sea el libro biográfico más conocido por todos; de hecho es uno de los títulos más leídos de la historia. Pero existen muchos otros. El Diario de Samuel Pepys, escrito entre 1660 y 1669 y publicado cien años después de su muerte, combina revelaciones personales, experiencias personales e intrigas cortesanas de la Restauración Inglesa. Virginia Wolf, compartía su faceta como célebre escritora, con el relato de  su atormentada existencia a través de diarios. Frank Kafka, Tolstoi y Dostoievski son otros diaristas famosos.

¡Ya sabéis… feliz martes… y a escribir!