Otro día.Es hora de hacer una visita por el barrio, por la calle, ver cómo es esta calle del olvido, ver cómo eran esas personas que habitan allí, cuáles eran las tiendas y que ofrecía a los viandantes…………………
El barrio huele a café y pan horneado, es temprano, apenas hay gente por la calle, las primeras cafeterías están abriendo sus puertas a los primeros clientes, el silencio predomina, “es grato oír el silencio de la calle”.Sigo caminando y me dejo llevar por los sentidos, el olor a pan, oír el silencio, ver las calles vacías y sentir como aún el rocío de la madrugada no se quiere ir, aún cuando parece que en breve hará las temperaturas propias de la primavera.A cada paso que doy observo como los establecimientos están especializados, no encuentro esa típica tienda de ultramarinos que vende de todo, hay tiendas que venden especias, frutas y verduras, pescadería, panaderías que ofertan pan con nueces, con pipas de girasol, sin gluten “el auténtico pan hecho a mano”, son tiendas pequeñas, muchas de ellas ofrecen sus productos en la puerta del establecimiento, para captar la atención de los vecinos del barrio.Según voy avanzando decidido sentarme en una terraza a disfrutar de un merecido desayuno, es justo ahí mientras desayuno cuando los recuerdos vienen a borbotones, es como una película hecha de pedacitos del pasado, según veo las imágenes, oigo las frases se me encoje el corazón, nubes de lágrimas en los ojos, el miedo llega se sienta conmigo a desayunar y según llegan los recuerdos se hace grande y más grande……………………Es justo lo que no quería, recordar, quiero olvidar, olvidar, olvidar……………Se acerca la hora del ir al colegio, niños cogidos de las manos de los padres que apuran los minutos, caminan rápido y ellos medios dormidos obedecen, esa imagen también es una pequeña pieza de mi film, y verbalizo en voz alta” Esta maldita costumbre de buscarme”………