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La Caminata

Publicado el 08 julio 2013 por Durruti

UFFFF, JODER, deben ser más de las diez ya, me cagonnlostia que me he vuelto a quedar dormido, joder, claro con este despertador de mierda que lleva tres meses sin pilas, joder que frío hace en esta puta chabola, vaya mierda de cartones que no abrigan ná será mejor que me levante y me ponga al sol un rato a ver si se me pasa la tiritera. -¡Pepa, pepita!- donde está la perra de los cojones, bueno si se quiere ir que se vaya que yo me comeré su desayuno, tranquila que aquí no se desperdicia de ná. Donde habré puesto el abrelatas, buf esta mañana no encuentro ná, me voy a sentar pa ver si me aclaro un poco. Que tengo hoy de desayuno?, a ver, esta lata de atún está buena, la gente tira de tó y siempre quejándose de que no tienen un duro, y vamos a ver si aún queda algo de vinacho en el cartón. Joder no queda ni una gota, y anoche me acabé lo que me regaló el Curro, que buena gente y sólo por chupársela un rato, que a mí, ya ves, yo estoy frígido, hace lo menos tres años que no tengo ningún deseo así que puedo decir con total propiedad que me la trae floja. Me piro pa San Román y de camino a ver si pillo algo de pasta. Vaya solano colega, y yo con la boca como la suela de un zapato, creo que tengo los labios agrietados porque me escuecen, voy a ver si la Chunga tiene algo de beber. -¡Chungaaaa, niña tas levantá?!- la chunga se pasa la noche haciendo la ronda así que duerme hasta tarde, a ver si la despierto y me echa cuenta. Buuf madre mía como tiene esto, con to tirao, a ésta las ratas un día se la comerán enterita. - Venga Chunga, que estoy mal echame una ayudita, Pero donde se habrá metio hoy toa la gente?- Uff ya no puedo esperar más, ya me piro, me pica tol cuerpo, espero que haya moviola en la plaza del carmen, a ver si me pillo un par de euros...-

La cajera del supermercao no me ha dejao entrar y ha llamao al segurata, el tio no me ha dejao decir ni mú, me ha agarrao por detrás y como un perro, joder como un puto perro y yo con llagas en la boca de sed enseñandole los euros, que puedo pagarte tio, que puedo pagarte, al final me he alterao y he empezao a gritar y a llamarle puerco y de tó, joder pero es que uno también tiene dignidad, y aquí no hay nadie que me entienda, y yo tengo unos picores, y lo único que me he metio en el cuerpo han sido los tres buches que m'han dao unos chavales que estaban sentaos. Les he intentao vender el transistor, pero no me daban ná, con lo bueno que es. Pero tengo que ir a San Román, ya no puedo esperar más, - Señora, le importaría darme un cigarrillo? - la señora que sale corriendo na más verme las pintas, - Oye chavales, quereis pillar costo?- Mientras voy intento aprovisionarme bien, cualquier cosa que lleve me servirá más tarde para cambiar. Si los chavales esos me dicen que sí, que quieren costo, entonces les hago de burra; cojo el dinero, me paso por casa de uno que conozco aquí al lao, le pillo la postura y se la devuelvo a los chavales. Ellos luego me darán un par de eurillos o un cacho de polen weno. La mayoría de peña que se dedica a esto le da un buen bocao al material antes de devolverlo, o se piran con los euros, pero yo paso de movidas, soy un tio honrao y me gusta estar a bien con tol mundo.

(...)

Joder, he llegao a los aparcamientos del Hospital y habían tres tipos nuevos allí haciendo de gorrillas, uno era un negro, no hay problema, en su mayoría son pacíficos y no buscan más que sobrevivir, el otro era un piesnegros de esos con tres perropiojosos, ese si se ha enrollao conmigo, hemos estado fumando y bebiendo y me ha dao de su bocata una ración más grande que la de sus perros. El otro era un ruso o un polaco o por ahí, esos si que están locos, sin venir a cuento te sacan las tripas a la mínima, yo con esos prefiero no andar, aunque de todo debe haber en este mundo.

Al final ha resultado demasiada competencia para un aparcamiento tan pequeño, así que después de que el jipi ese me invitara me he pirao, tengo un malestar encima que no me aguanto, creo que voy haciendo eses y no debo tener mu buena pinta porque el tio ese se acaba de cambiar de acera. Joder creo que me está entrando una pajara, claro con este lorenzo que está cayendo, no me voy a achicharrar. A ver si me puedo pillar un Don Simón en el super y me echaré en el banco hasta que se me pase. Mis gafas de sol, ahora si que las echo yo de menos, el hijoputa del Jotapé me las rompió el otro día con sus paranoyas; le llamamos jotapé porque un día iba tan mamao que le pedía al camarero jotapé, el camarero no se enteraba de lo que decía, y éste se creía que le estaba vacilando, que por poco no se lía a ostias con el pobre chaval, menos mal que ya le tenemos calao y no le pasamos ni media. Que hijoputa y siempre igual, el otro día pa que no le diese más ostias a la Juana me puse por medio y me rompió las gafas. Venga ya, le di una patada en los cojones que todavía tiene que acordarse, yo no soy violento pero me jodió las fulas y eso no se hace con un colega.

(...)

Venga, despierta, que aquí no se puede dormir - Siempre tienen que venir a joder la marrana los mismos capullos de siempre. -Si no estaba durmiendo tio, estaba con los ojos cerraos-

Me encuentro demasiado mal para discutir así que mejor me voy. Tengo que llegar a San Román antes de que se vaya la furgoneta de la cruz roja, con lo que me den en ella podré hacer buenos trueques. Buuuf y esta calor no se va, el aire te quema los pulmones. Bueno los míos no estarán achicharrados precisamente por estos aires. Me entran vértigos, se me ha pasao el colocón del vino y me empieza a doler todo el cuerpo. Hoy no sé donde se ha metio todo el mundo. Ya no me queda mucho por llegar . Detrás de esa barriada está la autopista y al fondo del descampao San Román. Esperemos que no haya mucho chungo suelto. Yo soy un tio honrao, un buen tipo que ha tenido mala suerte pero que nunca le ha hecho daño a nadie. A mi madre si la hice sufrir mucho, y le robaba y le levanté la mano hasta que me echo de casa, la vendió y se fue a otro ciudad. Ya no he vuelto a saber de ella. Pero no sé porque me vienen esos pensamientos ahora. Si ya estoy al lado, todo el día con la tiritera y la cabeza a punto de estallar pero casi casi estoy llegando. Solo me queda cruzar la autopista. Es un poco peligroso, es una autopista de cinco carriles más los dos de entrada y salida, además hay que saltar una valla, bajar por una rampa de tierra y luego atravesarla con cuidado de que ningún coche te lleve por delante, o te vea un guarda de los que también hacen la ronda. Y luego están los quitamiedos y esas pantallas que ponen pa amortiguar el ruido de los coches - ¡Pericooo!, ¡Perico...que tenemos el triplete, mira que me voy a celebrarlo?!!-

Ostia es el Matias, el cabronazo mírale, jaja, cada día con peor aspecto, un día de estos ya no lo cuenta. Este me llama perico, pero no por lo que os imaginais, sino porque soy del Español, y este es del Barça y siempre estamos enganchaos y encima ahora no puedo decirle na porque este año lo han ganao todo. A ver que le hacemos. -Joder Matias, pues ya podías darte un homenaje y invitarte a algo que no to los años se hacen tripletes- -joder perico siempre igual, tio tu no eres un perico tu eres una urraca que sin que te des cuenta te va desplumando-. -Bah no me jodas Matias, cuantas veces te habré invitao yo a tí, tío hoy por ti y mañana por mí.- -weno tio tengo aquí unas klenchas, media micra entre los dos y cruzamos la autopista- -Joder tio, de puta madre, ya casi no podía más-

(...)

En el cielo un sol atronador que hace hervir el aire con sus impíos rayos. Las ondulaciones desfiguran el asfalto y el albero del descampado. Las líneas se confunden, el espejismo, el tránsito, el anatema. Azules, amarillos y grises con un gran circulo sagrado en el zénit generador de expresionismos y un puñado de sombras tétricas salpicando la superficie ondulante de la tierra. Se han quedado ciegos y atraviesan la frontera para sumergirse en la lenta agonía del desposeído. Esa frontera es la autopista, a un lado el mundo frío de personas coherentes y sumisas, con sus leyes y sus pecados, sus miedos y sus culpas. En el otro lado no se mira el historial, ni la cara, ni la procedencia. Solo necesitas algo de pasta y ningún amor propio y la recompensa final es inmediata y placentera, dos características que obligan a amplias masas de desheredados a claudicar de una sociedad sin sentido para sumergirse en el aún más absurdo mundo del narcótico. La mente prevalece sobre la materia, la transforma y la reprime. En este mundo el deseo se convierte en invocación mágica y el ritual en sacrificio y expiación. Las promesas redentoras se cumplen, el paraíso, el infierno. Ese mundo es una inmensa negación que se asienta en mitad de la estepa seca. Los nuevos troglóditas, los salvajes posmodernos, la consecuencia final. Toda sociedad tiene individuos que llevan hasta sus últimas consecuencias el ideal de cada sociedad hasta revelar sus propias contradicciones. Y Cronos devoró a sus hijos por miedo a que estos le devoraran a él. La consecuencia final de nuestra sociedad de consumo y deseo es un devorarse a sí mismos hasta perecer. Para que la ignorancia no sirva de justificación es menester que el espíritu vuelva a prevalecer sobre la materia también en este otro lado de la autopista.


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