Revista Diario
La canción más hermosa del mundo...
Publicado el 08 septiembre 2012 por MafaldasexiEscuchen la Rola: “La canción más hermosa del mundo”. Canta: Buena Fe. Letra: Joaquín Sabina.
Por qué el amor será tan importante si lastima tanto. Eso de transformarse, suspirar, perder la objetividad: nuestro tiempo se encuentra determinado por el ritmo de latidos ajenos y de momentos compartidos. Nos convertimos en seres arrebatados, zarpamos sin rumbo ni brújula. Las razones y el análisis de las cosas es de complemento suicida; aún así, damos el primer paso con él o ella guardados en la maleta.
-Brillamos, juntos-, decimos. -Somos, felices, juntos-, replicamos. -Logros, mutuos, para dos-, aseguramos.
¡El amor no tiene piedad, nos roba el aire! Por eso habrá que colocarle un filtro arrollador o una coma a cada acción, s e p a r a r l a s.Hacer del amor un i n d i v i d u o.Si no seguimos estas dos normas, estaremos perdidos.
Recomiendo, para este mal, tomar cinco minutos de aire para no morir de amor…resucitar en caso de pérdida y desintoxicarse en caso de envenenamiento.
Amé.Sembré raíces.Iré con otros,te permaneceré.Consolido más caricias,no serán tuyas.Estaré contigo,sin estar.Existo aunque no me mires;te regalo recuerdosen piedras.El amor debe ser libertad de soñar el horizonte sin perderse.Te amo, te amé.Y desde el primer momentono estarás, no estaré sola.
No se trata de olvidar. Los recuerdos son verdadera compañía cuando dejan de hacer daño…
Recuerdo del día: Ayer hablé del azar y del destino con un amigo. Del amor, también. Voy terminando de leer una novela de sueños y destinos, la sentí absurda. Las casualidades me parecieron fuera de contexto, rayando en lo infantil. La terminé por necedad más que por otra cosa. El azar objetivo y la causalidad me interesan. Las casualidades definidas como destino manifiesto, me irritan. Me cuesta creerlas. No hablaré de ese libro. Al que me referiré es a otro donde el escritor manejó algunos elementos similares pero con maestría. La búsqueda interna, el azar y los giros que encontré en “El Palacio de la Luna” de Paul Auster, me parecieron interesantes. El elemento de la soledad, siempre presente en sus novelas, me lastimó. Lo mejor: aprendí algo fundamental dentro de la narrativa en la cual el azar juega un papel importante; es la utilización de la metaficción: Marco Stanley Fogg, protagonista de la novela, hereda de su tío miles de libros. Stanley se encuentra en la miseria y utiliza los libros como muebles (mesa, escritorio, silla, cama). Cuando llega al límite, vende poco a poco los libros, pero no sin antes haberlos leído conforme se iba deshaciendo de cada uno. Y, es así como sus muebles van encogiéndose hasta desaparecer; y su búsqueda interna, alimentándose de referencias literarias.Deberíamos estar preparados para todo, dice Auster, porque sino, no estaremos preparados para nada…
Mafalda desde si misma…
Foto de An Intimate Performance© Steve Hill