Tengo una ensaladera de plástico transparente que hace de frutero. Casi todas las frutas viven ahí hasta que nos las comemos; algunas, como la papaya o la piña, habitan el refrigerador; si hay fortuna y somos ricos en frutas, llegan a la mesa de madera junto a la mesa en la que comemos.
Así que: si hay que buscar frutas, estarán en el frutero o adentro del refri o sobre la mesa junto a la mesa de comer. Nótese que escribí "adentro" del refri; no "en" el refri, para que no haya malentendidos.
Pues hoy, encontré la razón por la que aparecían cadáveres de moscas diminutas en el congelador: un plátano de la prehistoria encima del refrigerador, generando penicilina. No olía a descompuesto: olía a medicina de la dimensión desconocida. Era el emporio de las mosquitas diminutas. Ahora que lo destruí, andan por ahí buscando casa por todos lados.
Silvia Parque