Lucy Rowland y Ben Mantle
Traducción de Marta Ansón Balmaseda
Maeva Young
28 páginas
#156
A veces, las mejores aventuras se esconden en los libros.A la pequeña Caperucita lectora le encanta leer libros e inventar sus propias historias. Una mañana, de camino a la biblioteca se encuentra con un astuto lobo que le convence de que se aparte del camino y se quede leyendo un rato en un claro de bosque. ¿Ya conoces esta historia? Tal vez ha llegado el momento de que imaginemos un nuevo final…
En La Caperucita lectora nos topamos con una protagonista apasionada de la lectura a la que su madre no tiende una cesta con comida sino otro tipo de alimento que puede llevarse en la mano: un libro. Sí, pone en sus manos un libro de la biblioteca cuya fecha de devolución ya ha vencido y le ruega encarecidamente que lo devuelva, advirtiéndole que debe tener cuidado en el camino pues, al igual que nuestra caperucita original, tendrá que atravesar el bosque.
Y así, Caperucita se adentra en el bosque y..., ¿cómo no?, se topa con el lobo. Un lobo que decide que la niña es un bocado apetitoso, un lobo que se apresura para llegar antes que ella a destino, un lobo que trata de engañarla; os suena ¿verdad? Pero aquí no hay abuelitas sino bibliotecarias, y no hay leñadores salvavidas sino un lobo que tendrá que aprender que los finales no están escritos ni él tiene por qué ser siempre el malo del cuento.
Un álbum cuyas ilustraciones me han encantado, cuyo mensaje me parece muy bonito y que, a pesar de que esperaba un contenido más sorprendente, me gusta infinitamente más que el relato original. Supongo que la metaliteratura me conquista siempre, da igual el género en el que se halle.
"Y esa noche se fue con un libro a la cama. Y soñó con dragones y con príncipes rana.
No es bueno que una niña se salga del camino. Excepto si con ello el malo de la historia cambia su destino."
La Caperucita Lectora