"Muchas veces en los negocios, y en la vida,despreciamos las soluciones más próximas, más sencillas o más inmediatas, porque vamos en busca de otras más lejanas o sofisticadas".
En los libros de negocios se utiliza con frecuencia este relato y mostrar el proceso que conduce a este tipo de soluciones.
El relato se inicia con la visita de G.,el prefecto de policía de Paris, al arrogante Dupin y su ayudante para pedirles ayuda en un tema que le preocupa mucho.
Se ha robado una carta de los aposentos reales y es de vital importancia recuperala. G. sabe quién es el responsable del robo y ha registrado hasta el último rincón del domicilio de éste para encontrarla. Ha empleado los métodos más sofisticados, puesto que la inteligencia del ladrón lo lleva a pensar que habrá escogido el escondrijo con el máximo celo. Todos sus esfuerzos han resultado en vano. Dupin encuentra la carta y le explica al desconcertado prefecto el método que ha utilizado.
"Hay un juego de adivinación- continuó Dupin que se juega con un mapa. Uno de los participantes pide al otro que encuentre una palabra dada: el nombre de una ciudad, un rio, un Estado o un imperio; en suma, cualquier palabra que figure en la abigarrada y complicada superficie del mapa.
Por lo regular, el novato en el juego busca confundir a su oponente proponiéndole nombres escritos con los caracteres más pequeños, mientras que el buen jugador escogerá aquellos que se extienden con grandes letras de una parte a otra del mapa.
Estos últimos, al igual que las muestras y carteles excesivamente grandes, escapan a la atención a fuerza de ser evidentes".
En el mismo sentido, continuó Dupin, puesto que la carta resultaba inencontrable a pesar de los esfuerzos del prefecto y conociendo la astucia del ladrón, lo más probable era que "la hubiera dejado delante de las narices del mundo entero, a fin de impedir que el mundo pudiera verla". Y, en efecto, la carta apareció finalmente en el escritorio del ladrón, donde éste la había dejado descuidadamente abandonada".