El Perro
Paseo por la playa – Daeni Pino
Me levanté más temprano de lo usual esa mañana. No muchos kilómetros me separaban de mi destino. Los hice como siempre, tal vez un poco más lento que en otras épocas -los reflejos empiezan a fallar con los años-.
Luego de dejar la ruta tomé el camino de tierra zigzagueante que me llevaba a la casa.
La casa se llamaba La Elena. No sé por qué, tal vez porque había leído su significado y me había gustado mucho: la resplandeciente. Me pareció que era un nombre de buen augurio eso de brillar.
Años estuve dudando donde colocar esa casa que imaginé tener desde los veinte años. A esa edad siempre pensé que estaría en la playa, y sería algo así como una casa de madera pintada de blancos y ocres, pisos crujientes, elevada una altura apropiada desde el suelo, tan cerca del mar…
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