Paso el tiempo de la ensoñación, imaginando mi casa ideal. La he dibujado y rediseñado montones de veces, desde hace añísimos. También imagino sus muebles.
Hace unos días, pensé que debería empezar a considerar una casa-del-futuro solo para B y para mí. Ya no estoy tan segura de querer una pareja; ni siquiera de querer más hijos, aunque eso es otra cosa: siento que "me corresponden", que "les correspondo".
Pero no. Sigo imaginando una casa como para una familia de cinco.
Silvia Parque