Revista Diario

La casa que adivinaba el día de tu muerte. Parte 2ª

Publicado el 05 agosto 2010 por Bloggermam
La casa que adivinaba el día de tu muerte. Parte 2ªParte 1
 -Tienes que entrar en la casa una noche de luna llena, hacia la medianoche e ir a la habitación en la que murió Brurco. Después rocías la pared con agua del río que tenga tu saliva y en un rato aparecerá en la pared la fecha de tu muerte.
Rédulo se quedó petrificado con la revelación que acababa de recibir. La idea le parecía extraordinaria y ya ardía en deseos de probarlo.
Jero tenía que asegurarse de que lo había comprendido todo bien y le interpeló.-¿Qué te parece? ¿Lo quieres probar?-Eeehh -a Rédulo siempre le costaba volver a la realidad-, sí, claro –hizo una pausa-  ¡Eh, esta noche hay luna llena! ¡Qué coincidencia!-No te olvides de llevar un cubo con agua del río y escupir en él –remarcó Jero-.-Claro, claro...¿tú sabes dónde murió Brurco?
Jero no había contado con ese imprevisto. Siempre surgen imprevistos. -Sube las escaleras -reaccionó rápido Jero, la conversación se alargaba demasiado- y entra en la segunda habitación de la derecha -según recordaba ahí es dónde había estado varias veces de borrachera con los amigotes de juventud-. Verás las famosas letras que adornan la pared. Esa es la pared que debes mojar.-Genial, esta noche va a ser increíble -le pasó la cerveza caliente a Jero, y con una sonrisa de oreja a oreja emprendió camino hacia su casa- voy a prepararme. ¡Mañana te cuento!
Jero se quedó observando como Rédulo desaparecía pueblo adentro. Se puso de pie para largarse cuando apareció Sindi con una cerveza fría en la mano. 
-¿A dónde va ese con tanta prisa?
-Se ha acordado de que hay luna llena, y se larga a casa para preparar su telescopio...-era una excusa muy traída por los pelos, pero para alguien tan limitado como Sindi podía valer. Lo importante era que ese zote no se había enterado de nada.- Yo también me voy a ir -le pasó la cerveza caliente- a ver si termino de pintar mi ejército de orcos del Warhammer.
-¡Anda que no hacéis cosas raras! -replicó Sindi, sin pedir explicaciones. Dejó la cerveza caliente en la mesa como si le hubieran dado a sujetar una mierda de perro y apuró la cerveza fría de un trago mientras recordaba la conversación que había podido escuchar desde el quicio de la puerta del bar. "Así que la maldita casa me va a decir el día que voy a estirar la pata...ya veremos". Esperó a que Jero desapareciera de su vista y entró al bar a por otra cerveza bien fría.
(todavía estoy escribiendo el desenlace, irá publicando el resto de partes  hoy mismo)

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