El otoño es sinónimo de hojas secas caídas de los árboles y ... castañas! Este es el fruto típico de esta época y, aunque se pueden comer durante toda la temporada, hay una noche que no pueden faltar: la noche antes de Todos los Santos.
Los orígenes de esta festividad van íntimamente ligados al día de Todos los Santos.
Se ve que muchos años atrás la Castañada era una celebración dedicada a los muertos, un antiguo comida funerario. Las castañas se comían en un ambiente estrictamente familiar y se hacía una ceremonia de culto, con una actitud muy seria y respetuosa. Había la creencia de que por cada castaña que se comía aquella noche, un alma era liberada del purgatorio.Con el otoño llegaba el frío y la gastronomía se adaptaba a las necesidades. Las castañeras salen a las calles de todos los pueblos, villas y ciudades, a sus paradas comenzaban a tostar las castañas, siempre acompañadas por boniatos, el segundo ingrediente principal de esta celebración. Quién no recuerda a las castañeras de cuando éramos pequeños? Nuestros hijos tienen o tendrán una imagen muy alejada de los recuerdos de sus padres: normalmente eran señoras mayores, tapadas con un pañuelo en la cabeza y con faldas largas. Mientras tostaban las castañas, con el frío que hacía, aprovechaban para calentarse las manos.
Y esta también es la noche de los panellets.
Estos también tienen un vínculo muy estrecho con la fiesta de Todos los Santos, ya que eran una especie de ofrenda funeraria que se hacía en las tumbas de los muertos y también eran los dulces que se servían en la comida que se hacía después de la muerte de alguien de la familia.
Actualmente, la castañada es una fiesta en la que amigos y familiares se encuentran para pasarlo bien y hacer una buena cena que de postre tendrá castañas y boniatos, y evidentemente también panellets.
Ingredientes:Azúcar, harina de almendra, una patata,2 huevos,
Halloween o Carbassada?:Ancestralmente, muy avance de que nos llegaran las influencias anglosajonas del Halloween, en algunas comarcas catalanas, como el Ripollès, ya era tradición vaciar calabazas y colgarlas de los balcones la noche de Todos los Santos con velas encendidas dentro para hacer miedo a la gente.