El amor es una catástrofe espléndida: saber que te vas a estrellar
contra una pared, y acelerar a pesar de todo: correr en dirección de tu propio
desastre con una sonrisa en los labios; esperar con curiosidad el
momento en que todo se va a ir al carajo.
El amor es la única decepción
programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir.