Esta nota es principalmente para justificar el porque no te devolveré tu chalina.
No te sientas culpable. Hiciste lo que tenías que hacer. Para ti, solo soy un niño jugando a ser hombre. Supongo que no fue difícil darse cuenta de eso. Tu actitud no tiene que ver con los ocho años de diferencia entre nosotros. Puedo ser un aprendiz, un novato en las lides del amor, pero estoy convencido que no fingiste ni amañaste tu conmoción, entrega, pasión y arrebato durante los cuatro días que pasamos juntos en la fiesta patronal. Me enamoré a primera vista. La ilusión sobrepasó largamente mis dieciséis años, al mismo tiempo estaba aterrado ante la dimensión del reto.
Aunque todo transcurrió velozmente, he logrado entender que el amor y la traición son un mismo amasijo.
De: Y ENTONCES Derechos Reservados © Copyright 2010 de Rogger Alzamora Quijano