Revista Literatura
LA CHICA DE LA PÁGINA Nº 13
Publicado el 17 octubre 2011 por RaulaqInspirado en la canción "La chica de la revista" de Boyz II men.
Aquella semana tenía turno de noche. Siempre he odiado ese turno, pues no hay nada que hacer y cualquier distracción que busques, a los cinco minutos termina cansando.Pero aquella noche pasó algo extraordinario.Mi compañera del turno de tarde se dejó olvidada una revista del corazón. No es que me gusten esas revistas; no me parece lógico que una persona se haga famosa por acostarse con otro famoso, pero no tenía otra cosa que hacer. Abrí la revista por la primera página y fui pasando las hojas lentamente, mirando las fotos, pero sin hacerlas ningún caso hasta que llegué a la página trece; allí había una foto de la mujer más hermosa que jamás había visto. Era la imagen de algún perfume, o de alguna crema desmaquilladora, no me fijé muy bien.Sus grandes ojos azules se clavaban en los míos, mientras yo con mi mirada recorría todo su cuerpo. Me encontraba absorto mirando su cara, cuando de repente parpadeó; ¡No me lo podía creer! Pensé que era fruto del cansancio, pues no conseguí dormir bien aquella tarde; volví a mirar, y esta vez además de parpadear me sonrió con una sonrisa abierta, sus dientes eran perfectos y sus labios carnosos no me dejaban que apartase la vista de ellos. Su cuerpo comenzó a cobrar vida y a salir del anuncio; cuando me quise dar cuenta la mujer estaba sentada encima de la mesa mirándome fijamente. Se levantó, y despacio, muy despacio se fue acercando a mí poniendo su cabeza a escasos centímetros de la mía. Casi sin darme cuenta comenzó a besarme; sus labios estaban húmedos y su lengua caliente se movía con experiencia dentro de mi boca. Se sentó a horcajadas encima de mí, moviéndose sensualmente y desabrochándome los botones de la camisa, mientras me besaba el cuello y los parpados.¡No podía ser cierto! la mujer más preciosa del universo me estaba haciendo el amor. ¡A mí! De repente sonó el teléfono y desperté. La chica seguía dentro de la revista, mirándome con sus preciosos ojos azules, y yo me había quedado dormido. Todo fue un sueño. Pero lo que no logro entender, es cómo llegué a casa con el cuello de la camisa manchado de carmín.