Hoy, después de clase hemos ido al “fake market” o mercado de las falsificaciones. Este mercado es uno de los que existen en Shanghai, según Carlos (porque yo no conozco los otros) es el más tranquilo, donde no te abordan ni se abalanzan para que les compres y te dejan mirar y explorar más o menos tranquilo.
Una de las laberínticas calles del fake market de Pudong
Respecto a los precios, Shanghai es una ciudad tan barata como cara, es una ciudad de contrastes y en esto no iba a ser menos. Comer fuera en un restaurante local es más barato que comer en casa, ya que en el restaurante te atreves a comer lo que has pedido (que deseas que se parezca a la foto que sale en la carta), mientras que si comes en casa, al comprar producto importado es mucho más caro. que por qué producto importado, en primer lugar porque son marcas que conoces o al menos te son familiares o simplemente la etiqueta está en inglés y sabes lo que compras y, sobre todo y en segundo lugar, por el miedo a comprar algún alimento caducado, estropeado o falsificado. Este miedo no sólo existe entre los expatriados (de cualquier nacionalidad, porque los veo cada vez que voy al súper) si no también entre los chinos; el compañero chino de clase de una vecina española de 14 años, le aconsejó qué marca de leche comprar y, este fin de semana que hemos estado en una reunión con españoles, había también una mujer china amiga de una de ellos y esta señora nos explicaba lo mismo, y ella nos daba una teoría de porqué los productos chinos suelen ser de tan mala calidad (productos desde ropa y tecnología hasta alimentos): la teoría es la siguiente: China al ser o haber sido un país comunista, donde prohibieron cualquier tipo de religión, con “la revolución cultural china”, ella nos decía que, por esto, los chinos carecen de moral o ética alguna y como la entrada al capitalismo está siendo tan salvaje, la única religión que tienen es hacer dinero, aunque eso suponga fabricar o elaborar productos de tan mala calidad que, como el caso de los alimentos, perjudiquen la salud… a ellos les da igual….La anécdota de hoy no es graciosa, simplemente constato un hecho. El sábado ví por internet ”Españoles por el mundo: Shanghai” y el vídeo era de febrero de 2009 y una chica que vive o vivió aquí, contaba que la ciudad esta plagada de bicicletas, yo 4 años después apenas las veo, sigue existiendo un carril bici, pero ahora está destinado a motos eléctricas o los propios coches, en su mayoría de alta gama, que invaden ese carril y ni siquiera respetan pasos de peatones o semáforos (es lo único peligroso de esta ciudad: cruzar la calle), por qué, porque tienen dinero….