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Hace ya bastante tiempo que lleva colgada en los carteles, y al fin me decidí ir a ver la nueva película de Michael Haneke. La película la definiría como, cuando la represión sera castigado con el brazo de la crueldad y la ignorancia. Un pueblo situado al norte de Alemania, que cuyas costumbres si pueden ser similitudes de otros pueblos, y no teniendo que ser de Alemania, donde la envidia, la codicia, el odio y la presunta rectitud que los progenitores hacen pasar a sus hijos, harán de este film, un cumulo de rabia contenida, donde no se muestra imagenes especificas, pero la tensión que conlleva todo el momento, es más palpable y doloroso que una acción vil. Si hablo de la rabia contenida. Pero, si un niño no puede ser niño, una mujer no puede llegar a ser una mujer, y un pensamiento es condenado a un silencio, llegándose a pudrir como los sueños de cualquier persona ¿sería de extrañar que las personas no nos tratásemos como personas?
Volviendo al lado técnico de la película, es de subrayar la fotografía, en como la cámara se recrea con paisajes, que bien podrían exibirse en un museo como obras pinzeladas de arte. Y las interpretaciones, donde los actores se meten muy bien en sus papeles.
Hace poco leí una critica (no recuerdo quien fue el escritor), donde llegaba a decir que era todo lo contrario de cualquier film del señor Tarantino, aquí es más mental, es una violencia, que no se ve, pero que se siente mucho más.
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