Para qué sirve la claqueta
La claqueta es una pizarra en la que se anota cada toma del rodaje, para identificarla posteriormente en el momento del montaje.
Además, esta útil herramienta permite sincronizar correctamente la toma de imagen que graba una cámara con su audio correspondiente registrado en el grabador de sonido, gracias a un golpe seco que llamamos “chack” (o clak, o clap…).
Para facilitar la visión y ayudar a que el equipo de postproducción encuentre con exactitud el fotograma en el que se produce el cierre, las claquetas tienen en sus barras esas marcas diagonales tan típicas. ¡No son decoración, como pensabas!
Por último, lo que hay siempre escrito en las claquetas suele lo siguiente:
- Datos imprescindibles: Título de la producción y número de secuencia, plano y toma. Esto es lo que verás más a menudo, especialmente cuando participes en cortometrajes.
- Otros datos: Nombre del director o realizador, nombre del director de fotografía, fecha u otras notas que se crean necesarios para la producción. A medida que el proyecto es más grande, se necesita mucho más control, y por eso se suelen incluir más datos.
Para resumir, imagina en tu ordenador una carpeta con ficheros sin nombre, que tuvieras que abrir uno por uno para ver qué son. ¡Sería una locura! Por eso es tan importante identificar cada toma del rodaje, y para ello se utiliza la claqueta.
Maneras de dar la claqueta
Cantar la claqueta significa recitar en voz alta el número de secuencia, del plano, de la toma y hacer el ruido seco con sus barras. Por ejemplo: “Secuencia 14, plano 3, toma 1… [chack]”
Si no se necesita sonido en esa toma -por mucho que no se necesite sincronizar-, también se hace la claqueta, aunque en este caso sin el chack, porque todas y cada una de las tomas deben ser identificadas igualmente. Del mismo modo, las tomas de sonido que vayan sin imagen (wiltracks) también se cantarán, aunque no vayan con claqueta ni con chack (“¡Wildtrack 1 secuencia 14!”).
La claqueta se pone del derecho cuando se da al principio de una toma o del revés si se da al final. Aunque es menos común verla al final de una toma, sí que se hace en ocasiones, sobre todo cuando la cámara no puede capturarla al inicio debido a un reflejo, un enfoque específico o un encuadre complicado que no se puede alterar hasta que no acabe la toma.
También existe el doble chack. Si la primera vez no se ha visto bien la claqueta en cámara (estaba desenfocada, las barras quedaban fuera de cuadro o se movió sin querer), habrá que repetirlo para que se vea bien, cantando “doble chack”.
Por último, si no se dispone de una claqueta, se suelen utilizar las manos a modo de palmada, simulando las barras de madera al cerrarse.
Tipos de claqueta
Aunque siempre nos viene a la cabeza la imagen de la clásica claqueta de color negro que se escribe con tiza, ahora se llevan mucho más las blancas de rotulador no permanente porque son más prácticas, se ven mejor con menos luz y aguantan mejor las condiciones meteorológicas.
En los últimos años han salido también aplicaciones inteligentes para tabletas y móviles, muy personalizables y que resuelven bastante, aunque están bastante más limitadas para captar el sonido, especialmente si el ruido de ambiente es muy elevado.
Las claquetas más caras y sofisticadas son las digitales, que incluyen una pantalla con un código de tiempo y que producen un bip electrónico en vez del chack, sincronizándose con la grabadora a través de una unidad inalámbrica. Este sistema facilita mucho las cosas, especialmente para grabaciones multicámara.
¿Y con relación a los actores?
La claqueta la suele cantar el auxiliar de realización, de cámara o algún becario. Casi nunca los actores.
Lo que sí que necesitamos que sepas es que es un instrumento de trabajo y no un motivo de diversión. A menudo, los actores sin mucha experiencia hacen burlas a los auxiliares o la cogen prestada sin permiso para hacerse fotos con ella durante los descansos. Pero debes entender que una claqueta no es un juguete. Borrar sus datos sin querer entorpece el trabajo de otros miembros del equipo y es una falta de respeto hacia el profesional que se encarga de ella. Por tanto, si te quieres hacer fotos, ¡pregunta con educación, elige el momento adecuado y, por encima de todo, cuídala!
Por otra parte, es muy probable que en tus clases de entrenamiento ante la cámara, en cortometrajes pequeños o al grabarte escenas para tu videobook, te pidan que la des tú mismo. En ese caso, te damos una serie de consejos, para no caer en los errores que suelen cometer otros actores en estas situaciones:
- Las primeras veces te puede dar vergüenza cantarla, pero recuerda que no es un motivo de burla ni de hacer bromas. Muestra seguridad y confianza, como si llevaras viéndolo toda la vida. ¡Sé profesional!
- No tengas miedo. El ruido seco que hacen sus barras tiene que ser eso, un ruido seco. No las cierres con cuidado o abras la bisagra muy poquito porque resultará más difícil para sincronizar en postproducción. ¡Chack firme y claro!
- Toda la información debe leerse claramente. Por tanto, las barras deben cerrarse dentro del cuadro (no te muevas mucho y quédate donde te haya indicado el técnico de cámara), ni tapes la información.
- Si te piden que des una palmada… que no se te haga raro. Recuerda que estas marcas visuales son para sincronizar el material. Por tanto, imita un poco las barras de madera, para que tus manos cumplan la misma función.
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