A los catorce años, encontré un grupo de personas con las que coincidía en intereses; aunque yo no hablaba mucho, recuerdo oír hablar a los demás -mayores que yo-, y gozarme en la posibilidad de estar ahí.
Con el tiempo he ido valorando cada vez más la coincidencia, sobre todo en cuestión de lenguaje.
Creo que es necesario para la salud mental, contar con alguien que comparte no solo vocabulario, sino una visión y entendidos fundamentales.
Silvia Parque