Unas piedras de pórfido formando una columna que fue de 50 metros y hoy venida a menos de 35 metros. Piedras que han sido testigo de la historia desde el año 330 antes de Cristo, allí donde acaba Europa y empieza Asia. Un montón de años, ¿cuántas generaciones de palomas como las que vemos hoy, habrán descansado sobre su basamento? Desde aquí se ha podido ver palpitar la vida de las civilizaciones, de las religiones, guerras, cruzadas, incluso fenómenos naturales. Desde su quema por los cruzados ya no se llama la columna de Constatino, sino la columna quemada.
Tomada en Estambul. Turquía